La Comisión Europea, 21 entidades industriales y de investigación e Israel han puesto en marcha el proyecto NILE, coordinado por el Instituto Francés del Petróleo y que analizará toda la cadena de producción de bioetanol. Su presupuesto total asciende a 12,8 millones de euros, de los que el Ejecutivo comunitario aporta 7,7 a través del VI Programa Marco de Investigación y Desarrollo Tecnológico (VIPM).

18/11/2005

El nuevo proyecto integrado sobre bioetanol (NILE, en sus siglas en inglés), propondrá procesos para la producción rentable de bioetanol limpio a partir de lignocelulosa, pudiéndose utilizar para la combustión de los motores de transporte. Reduciendo el coste de la producción de bioetanol a partir de materias primas de lignocelulosa a niveles que hacen que esta tecnología sea interesante a nivel comercial, el proyecto NILE pretende ayudar a controlar el cambio climático, desarrollar un suministro energético seguro y rentable y promover el crecimiento industrial y el desarrollo rural.

La secretaria general de la Agencia Europea de Centros de Energía Renovable (EUREC, en sus siglas en inglés), Katharina Krell, explica que "el bioetanol es un combustible renovable para los transportes que puede mezclarse con petróleo o, incluso, utilizarse en estado puro para reducir la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera, además de generar emisiones muy reducidas de gases de efecto invernadero, especialmente cuando se produce a partir de materias primas lignocelulósicas, por lo que previene el cambio climático".

La Unión Europea fijó, en su directiva de biocombustibles de mayo de 2003, que el 5,75% del total de los combustibles de transportes deben proceder, de aquí a 2010, de fuentes renovables, para satisfacer el triple objetivo de garantizar el suministro energético europeo, mitigar el cambio climático y promover la competitividad en el sector de los transportes.

LAS MATERIAS MÁS UTILIZADAS

El bioetanol se produce, en la actualidad, a partir de materias primas como la caña de azúcar, la remolacha y el almidón de los cereales. En el caso de la biomasa lignocelulósica, que incluye residuos agrícolas, forestales y materiales de residuos, se da la ventaja de que ofrece una mejor selección de materias primas que no perjudican el suelo o la producción de alimentos y que es más barata que las fuentes convencionales de bioetanol. Además, los responsables del proyecto NILE afirman que se pueden encontrar abundantes suministros de biomasa lignocelulósica en Europa, con los que se contribuiría al objetivo de reducir las importaciones de energía.

NILE desarrollará, investigará y evaluará tecnologías eficaces de conversión de lignocelulosa en bioetanol a través de procesos químicos como la hidrólisis y la fermentación. La verificación de estos procedimientos se hará en una planta piloto única de la que se obtendrán datos para evaluaciones socioeconómicas y medioambientales mundiales, así como para el diseño de una futura unidad de demostración. Esta planta estará situada en Örnsköldsvik (Suecia).

  Fuente: madri+d

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