Dolor muscular, de cabeza, cansancio e incluso fiebre. Podrían ser los síntomas de una gripe común, pero si a estos se suma la erupción cutánea, probablemente se trate de un caso de enfermedad de Lyme.
Noticias Troposfera.org
15/06/2009
(
Fuente:
elmundo.es)
Según una revisión científica, debido al cambio
climático, se espera que aumente la prevalencia, por lo que los expertos
insisten en informar y concienciar más a la población y a los médicos.
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La bacteria responsable de la
enfermedad de Lyme ('Borrelia burgdorferi') se transmite a través de
las picaduras de garrapatas infectadas, denominadas Ixodes. Para
alimentarse, "pican a ciertos animales que actúan como reservorio, por
ejemplo los ciervos, y adquieren esta infección que transmiten después al
picar a un humano", explica Antonio Guerrero Espejo, consultor de
enfermedades infecciosas del Hospital Universitario de La Ribera (Valencia).
Esta afección tiene varias fases. Tal y como señala Ricardo
Suárez Fernández, dermatólogo del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, "comienza
con un enrojecimiento en forma de anillo que se acompaña de un cuadro de
síntomas característicos de la gripe. Después, pueden aparecer signos de
meningitis, manifestaciones cardiacas, se produce daño en las articulaciones e
incluso aparecen áreas de piel atrófica (epidermis débil y con más posibilidad
de lesionarse)".
Se registran casos en Europa, Asia, Australia y especialmente
en el norte de América. Según la revisión publicada en 'Canadian Medical
Association Journal', están aumentando los casos y un claro ejemplo de ello es
Canadá, donde se han identificado nuevas zonas endémicas. "Esto se debe a la
expansión de las garrapatas de los ciervos ('Ixodes scapularis') en las
provincias del este y del centro de América del Norte, un proceso que se acelera
con el cambio climático".
Las 'Ixodes scapularis' se han extendido por Nueva Escocia,
el sur de Ontario y de Quebec y el sudeste de Manitoba. Mientras tanto, las 'Ixodes
Pacificus' han conquistado otras zonas como el sur de Columbia Británica.
Aunque en España no es tan frecuente como en Estados Unidos,
"sí se registran casos de este tipo, sobre todo en zonas como Asturias o la
Rioja. El clima, la humedad y la existencia de animales que actúan como
reservorio son factores que propician estas infecciones", indica Guerrero
Espejo.
Mapas de riesgo Teniendo en cuenta el aumento de casos y las
nuevas zonas endémicas en Canadá, un equipo de la Agencia Pública de Salud de
este país ha analizado la información y los mapas de riesgo disponibles y ha
valorado la relevancia de un diagnóstico precoz y la prevención de la
enfermedad.
"Esta infección bacteriana se podría prevenir si la gente
llevara ropa adecuada y usara repelentes de insectos. Eliminar las garrapatas
infectadas que se adhieren a la piel durante las primeras 24 horas evita la
transmisión de la bacteria", afirman los responsables de este trabajo.
En sus etapas iniciales, el tratamiento es sencillo: se basa
en la indicación de antibióticos. Para ello, es importante, en primer lugar, que
los individuos afectados reconozcan la infección y que los médicos realicen un
diagnóstico rápido, para evitar otras complicaciones más difíciles de tratar
relacionadas con las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso.
Con el objetivo de librarse de estas situaciones, los
expertos de la Agencia Pública de Salud de Canadá apuestan por informar a la
población en general sobre los peligros de la enfermedad, qué hacer para
prevenirla y cómo detectarla. Para ello, es crucial que "las autoridades
nacionales realicen un seguimiento exhaustivo de los casos confirmados y
sospechosos y analicen los factores e indicadores medioambientales para elaborar
un mapa de riesgo que sirva como herramienta de salud para identificar las zonas
de mayor riesgo y adecuar así programas de sensibilización con los que poder
conseguir el máximo efecto", argumentan los autores de la revisión.
Troposfera.org declina cualquier responsabilidad sobre el contenido de la información extraída de otras fuentes, las cuales son siempre citadas. Así mismo, su publicación no pretende reflejar la postura u opinión de Troposfera.org sobre el tema tratado.
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