El polvo de las obras, los deshechos volátiles de la industria y, sobre todo, el tráfico rodado, generan unas partículas contaminantes, conocidas como pm10, que en la actualidad son uno de los mayores quebraderos de cabeza de las instituciones en lo que a medio ambiente se refiere.

08/06/2009 ( Fuente: deia.com)

En Euskadi, gracias a la aplicación de planes de acción específicos, se ha logrado minimizar su impacto en el último lustro, y así, la veintena de municipios que sobrepasaban los niveles recomendados de este polvo contaminante han logrado reubicarse en los límites establecidos. Ya el año pasado, tan sólo Bilbao y Amorebieta debían seguir adelante con los planes de acción, pues aún mantenían niveles de polvo en suspensión elevados.

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Desde que en 2003 se redactó la lista negra de los municipios afectados, pertenecientes a las comarcas que más polución soportan en la CAV (Duranguesado, Goierri, Bajo Nervión, Alto Deba, Pasaialdea, Alto Urola, Lemoa y Gasteiz), las medidas adoptadas han mejorado la situación de forma notable.

Alonsotegi, Lezo y Lemoa se mantuvieron por debajo del límite de presencia de PM10 en 2006, mientras que Portugalete, Durango, Zierbena, Abanto, Getxo, Betoño, Azpeitia, Beasain y Tolosa hicieron lo propio un año más tarde. Por último, el año pasado lograron reducir su emisión de partículas hasta límites aceptables por la directiva marco 1996/62/CE los municipios de Barakaldo, Basauri, Erandio, Arrasate, Errenteria, Santurtzi, Arrigorriaga y Zumarraga.

Ejercicio positivo

El pasado ejercicio fue el primero en el que no se detectaron nuevas superaciones de los niveles establecidos de PM10, y tan sólo Bilbao y Amorebieta seguían superando los límites en la atmósfera de unas partículas que en Euskadi tienen terreno abonado para establecerse.

La cercanía de las montañas al mar crea las condiciones geográficas idóneas para la condensación de estas partículas, líquidas y sólidas, que en condiciones de estabilidad atmosférica tienden a concentrarse en los angostos valles vascos. Muchos de ellos están especialmente poblados, cuentan con una arraigada industria y soportan el tránsito diario de miles de coches. Las obras urbanísticas, la actividad de las canteras, el sector siderometalúrgico, la actividad en los puertos marítimos y el tráfico generan estas partículas, que el propio movimiento de los vehículos o una eventual falta de limpieza de las calles remueve una y otra vez.

Las PM10 tienen multitud de composiciones, características y orígenes. Pueden estar conformadas por hollín, metales, arena, sulfatos, amonio, nitratos, sodio, cloruros, agua o hidrocarburos aromáticos policíclicos, y producen diversos efectos sobre la salud y el medio ambiente. Superado cierto límite dificultan la visibilidad, depositan elementos químicos en los ecosistemas, reflejan el sol y por tanto enfrían la atmósfera, y por otro lado retienen el calor de la Tierra. También generan condensación, que forma nubes, pero cuando hay demasiadas gotas, éstas no se agrandan y no llega a llover. En los humanos generan enfermedades cardiacas y pulmonares. Niños, ancianos y enfermos asmáticos son los grupos más vulnerables.

Sahara

Además, en el País Vasco y en todo el Estado se da una circunstancia especial. Muchos de los días puntuales en los que se han detectado niveles inusualmente elevados de PM10 la causa no ha sido otra que el polvo sahariano que atraviesa la Península hasta instalarse en nuestros valles.

Las ciudades europeas preocupadas por reducir estas emisiones llevan ya varios años volcadas en limitar lo más posible el uso del vehículo privado, con una serie de medidas que muchas veces no son bien aceptadas por los ciudadanos. Las áreas de baja emisión, la limitación de la velocidad en determinados espacios, la mejora del transporte público, la limpieza de las calles y la optimización de la resuspensión del polvo contaminante son otras de las medidas tomadas por los ayuntamientos.

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