“No hay que caer en el falso debate. No es nucleares contra renovables. Es nucleares frente a petróleo, gas y carbón.” Quién se muestra así de contundente y sin pelos en la lengua es Manuel Lozano Leyva, catedrático de la Universidad de Sevilla y uno de los físicos nucleares españoles de mayor prestigio.
Noticias Troposfera.org
09/04/2009
(
Fuente:
Terra.es)
En los últimos meses, con el auge del debate sobre el
cambio climático en todo el planeta, se ha ido generando una corriente
(defendida incluso por ecologistas) que defiende una mayor aplicación de la
energía nuclear al ser menos contaminante y más segura el resto de energías
no renovables (petróleo, gas o carbón).
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El problema, como afirma
Manuel Lozano
Leyva en su libro Nucleares, ¿por qué no?, es la
demonización que la energía nuclear ha sufrido en los medios y por parte de
los grupos ecologistas desde la explosión de las bombas atómicas de
Hiroshima y Nagasaki, y la tragedia de Chernóbil.
“El objetivo es que las personas que lean el libro tenga una
información seria de lo que es la energía nuclear”, señala Lozano, ya que hasta
ahora “han prosperado numerosas campañas de falsedades en torno a la energía
nuclear”.
Pese a “la aberración” que supuso para la humanidad Hiroshima
y Nagasaki, es necesario recordar los beneficios de la energía nuclear. “Todos
los días en los hospitales de todo el mundo se hacen diagnósticos y tratamientos
de cáncer con radioactividad”, continúa Lozano, además, “sobre la energía
nuclear sabemos absolutamente todo, mientras que no sabemos apenas nada de los
efectos del CO2 sobre el cuerpo humano no tenemos muchos detalles”.
Uno de los problemas de la energía nuclear de cara a la
opinión pública es que puede ser tomada a risa. Hay que recordar que Homer
Simpson es el técnico de seguridad de una central. Sobre esto, Lozano destaca
que desde Chernóbil, “ha estado sometida a muchas presiones en los medios”.
Sobre este accidente, el de Chernóbil, se muestra
contundente: “No fue tan grave como dijo el Gobierno ucraniano, lo dramatizaron
para obtener ayudas”. Y se ciñe a los datos al destacar que “hay un consenso
claro sobre esto según dicen los informes de la OMS, la ONU o la OIEA”,
apostillando que “es el accidente más grave que puede tener una central
nuclear”.
“El problema de los accidentes es la falta de información”,
continúa Lozano Leyva, que califica esto como “una espiral diabólica que hay que
romper, ya que los ciudadanos pierden la confianza”.
Presión ecologista
La energía nuclear tiene un especial enemigo acérrimo: los
grupos ecologistas. Aunque Lozano no duda en afirmar que “ya hay grupos que
están a favor de la energía nuclear”. Pero tiene clara una cuestión: “algunos
han ido elaborando, sin argumentos, un enorme miedo en la población”.
Además, recuerda que “la industria nuclear es la única que
tiene un seguimiento estricto por parte del Estado”. Y es que en nuestro país,
el máximo órgano competente en materia nuclear, el Consejo de Seguridad Nuclear,
es un órgano elegido por el Congreso de los Diputados, al que rinde cuentas
puntualmente.
También se apresura a quitar el miedo ante un posible ataque
terrorista a cualquier central nuclear. Recuerda que “la única interacción de la
energía nuclear con el terrorismo fue en España, en Lemoniz, donde al ingeniero
jefe le pusieron de rodillas y le pegaron dos tiros”.
Critica uno de los principales caballos de batalla de algunos
grupos ecologistas. Según asegura Lozano, han llegado a decir que “hay que
anteponer las nucleares a las renovables”. Pero es muy claro al señalar que “las
renovables tienen que estar, pero siempre respaldadas sobre energías
gestionables. El debate está entre las nucleares y los combustibles fósiles”,
sentencia.
“El debate tiene que empezar ya, no cuando se acabe el
petróleo”, dice Lozano Leyva. Para sostener su apoyo a la nuclear tiene una
primera baza clara: “la energía nuclear es limpia, no hay contaminación a la
atmósfera ni nada y los residuos se quedan allí”. Pero lanza un mensaje a los
detractores, asegurando que “es una alternativa, algo gradual, no se trata de
abandonar nada”.
Y frente a energías no renovables, como el petróleo o el gas,
que tienen a desaparecer, “el uranio está más esparcido, y los que más tienen
son Canadá y Australia”. Entre risas, Lozano dice, “yo me fio más de estos dos
países que de los proveedores de petróleo y gas actuales”.
Defiende que los biocombustibles no son solución a nada y
espera que pronto “estén prohibidos” porque no ve lógico “llenar los depósitos
de los todoterrenos con alimentos”.
Pero sin duda, la gran baza de los defensores de la energía
nuclear de cara a la lucha contra el cambio climático, será la económica. Y es
que, según Lozano, el uso de esta energía “traerá la independencia energética a
Europa, que está sometida a una presión enorme de la telaraña fósil (petróleo y
gas)”.
En todo momento contundente en sus declaraciones, Lozano
Leyva nos descubre quién puede tener la llave del auge de la energía nuclear:
Barack Obama. “Nadie le saca una palabra sobre la energía nuclear”, señala,
“cuanto acredite su respeto por las renovables y el medio ambiente, seguro que
entrará al desarrollo de las nucleares. Será entonces cuando todo el mundo sea
pronuclear”.
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