A Calizas Marinas (Calizamar), la empresa de procesado de concha de mejillón que opera en el municipio coruñés de Boiro, se le han acabado las oportunidades. El historial de problemas a causa de los malos olores generados por la planta se remonta a hace seis años, y la continuidad de la factoría comenzó a estar en entredicho a finales del pasado 2008.

14/03/2009 ( Fuente: La Voz de Galicia)

Desde entonces, vecinos y Concello dieron varios ultimátums a la empresa para que pusiera coto al problema, pero los episodios de hedores de los últimos días precipitaron los acontecimientos y desencadenaron el cierre de la industria radicada en el polígono industrial de Espiñeira.

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La compañía estaba en la cuerda floja desde hace tiempo, pero en enero, en una reunión entre los vecinos afectados por los malos olores, el gobierno local y representantes de la empresa, se acordó dar tres meses a Calizamar para poner en práctica un plan de acción para acabar definitivamente con el problema. El plazo expiraba el 15 de abril, pero las protestas y denuncias vecinales de los últimos días llevaron al Concello a tomar una decisión definitiva.

Ayer se celebró un nuevo encuentro entre los afectados -siete comunidades de montes y un colectivo vecinal- y los políticos boirenses para tratar la cuestión. Y en él que quedó claro que la situación había llegado a un punto insostenible. Por esta razón, el ejecutivo se decidió a tramitar el cierre definitivo de la planta de procesado de concha de mejillón.

En la reunión celebrada a principios de año, en la que se decidió dar una última oportunidad a Calizamar, se firmó un documento que recogía varias condiciones de obligado cumplimiento para la empresa para evitar el cierre inmediato de las instalaciones. Una de ellas era la de informar al gobierno local cada dos semanas de los pasos dados para acabar con los malos olores, así como alertar a vecinos y Concello de cualquier problema que se registrara en la planta.

Desde entonces, los malos olores se repitieron en varias ocasiones, y en los últimos días estos episodios se produjeron con mayor virulencia, lo que provocó un aluvión de denuncias vecinales en las oficinas de la Policía Local de Boiro y en el departamento de Medio Ambiente.

Por todo esto, explicaron fuentes municipales, ayer se adoptó el acuerdo de iniciar los trámites para cerrar definitivamente la factoría de Calizamar. El primer teniente de alcalde, Juan Jesús Ares, indicó que será el lunes cuando se abra el expediente correspondiente. Según dijo, es difícil precisar cuánto tiempo tardará este en resolverse, ya que dependerá de los recursos que presente la empresa y si esta decide recurrir al contencioso-administrativo para evitar el cierre de la planta. En todo caso, el alcalde tiene potestad para ordenar la suspensión de la actividad en las instalaciones de forma cautelar.

El edil boirense no confirmó si finalmente se tomará esta determinación, pero quiso recalcar la pesadumbre de los vecinos y del propio Concello por el desenlace de una historia que arrancó hace más de un lustro.

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