Los canarios están sometidos a una media de 2,5 unidades de radiación (milisiervert) al año. Una radiación que proviene de causas naturales pero a la que contribuye, también, la llegada junto con la calima de trazas de cesio (Cs) 137 y potasio (K) 40.
Noticias Troposfera.org
01/02/2009
(
Fuente:
laopinion.es)
Ambos son elementos radioactivos que sólo tienen un
origen humano pues únicamente se pueden producir por la fisión nuclear.
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Un estudio conjunto del departamento de Física Médica de la Universidad de
La Laguna (ULL) y de la división de Investigación de la Agencia Estatal de
Meteorología (Aemet) demuestra la llegada de trazas de estos dos elementos a
Canarias y llegan, precisamente, a través de la calima procedente de África.
José Hernández Armas es el jefe de este departamento de la ULL y explica que
la tesis que manejan es que "una de las principales fuentes de estos elementos
radioactivos que llegan a las Islas sean las pruebas nucleares que Francia
realizó en el Norte de Chad y en el Sur de Argelia en los años sesenta". Añade
que estos elementos tienen unas pervivencia en el ambiente de unos treinta años
pero "lo que ocurre es que pasados los 30 años, pierden la mitad de sus
condiciones pero mantiene la otra mitad otros treinta más y así sucesivamente".
El médico resalta que "en principio, estas trazas que hemos detectado no
aumentan la cuenta anual final de radioactividad que recibe cada canario pero,
está claro, que si aumenta el material radiactivo en el ambiente, aumentan los
riesgos para la salud humana". El cesio 137 y el potasio 40 llegan a las Islas
junto con la calima y se ha constatado que su presencia sube hasta 14 veces
cuando hay episodios fuertes de polvo sahariano.
En la actualidad, a la radiación natural con la que convivimos los canarios
se le puede achacar la "muerte por leucemia de dos personas cada año". Esta
radiación natural viene dada por varias fuentes: por la radiación cósmica
procedente del espacio exterior, por los elementos radioactivos naturales de la
Tierra como el radón u otros, y por la propia radiación que tiene el cuerpo
humano procedente de los alimentos o el agua. "En muchos casos no podemos
actuar, pero en otros sí como ocurre con el radón que se suele acumular en las
casas cerradas y que, en concentraciones altas, es peligroso para la salud",
remarca el médico y profesor de la ULL.
Hernández-Armas insiste en que este trabajo -publicado en la revista
científica Atmospheric Environment- se ha materializado por un encargo del
Consejo Nacional de Seguridad Nuclear que tenía interés en conocer si en el
ambiente canario había radioactividad. Además, el médico explica que ha ofrecido
al Gobierno de Canarias crear una red de vigilancia radiológica pero "no me
hicieron ningún caso" a pesar de que su laboratorio tiene los equipos y el
personal preparado para ello.
Un peligro potencial y contrastado
El trabajo en el que se confirma la llegada de elementos radioactivos no
naturales al Archipiélago canario viene a demostrar el peligro potencial que
pueden tener para el Archipiélago las actividades nucleares en su entorno más o
menos cercano.
En un momento en el que se habla de crisis energética y de la posibilidad de
aumentar las centrales nucleares -e, incluso, de instalar algunas en zonas no
desarrolladas como en el continente africano-, estos trabajos pueden hacer
reflexionar a las autoridades sobre que la atmósfera y el medio ambiente no
entienden de fronteras y los resultados de ciertas acciones afectan a todos.
El investigador de la Aemet, Emilio Cuevas, remarca que "hallar estos trazos
radioactivos tiene una importancia científica porque, incluso, a través de
ellos, podemos averiguar cómo evolucionan las masas de aire". Simplificando,
Cuevas explica que los isótopos radioactivos se "pegan" al polvo y es así cómo
puede viajar miles de kilómetros hasta llegar a Canarias.
Lo que deja claro que un accidente en una posible industria nuclear en
cualquier país africano que no contara, además, con los rígidos controles
europeos llegaría de forma segura a Canarias y recuerda que con el accidente de
Chernóbil "la radioactividad llegó a cientos de kilómetros más allá de la
central". Ante esta realidad está claro que el Gobierno de Canarias y el
nacional deberían tener mucho que decir ante la instalación de cualquier central
de este tipo o ante la realización de pruebas nucleares militares en el
continente africano, tal y como se planteó en su día con la instalación de una
central nuclear en Tan-Tan en Marruecos.
Troposfera.org declina cualquier responsabilidad sobre el contenido de la información extraída de otras fuentes, las cuales son siempre citadas. Así mismo, su publicación no pretende reflejar la postura u opinión de Troposfera.org sobre el tema tratado.
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