La tecnología de captura de dióxido de carbono (CO2) se conoce desde, al menos, un siglo, y las empresas de bebidas carbonatadas basan en ella todo su negocio.
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Noticias Troposfera.org
21/10/2008
Ahora, los ingenieros tratan no sólo de capturar el CO2 que emiten las
centrales térmicas de carbón o industrias cementeras, sino también intentan
inyectar este gas, que es el gran causante del efecto invernadero, en zonas
subterráneas, para almacenarlo de por vida. Las primeras plantas de
almacenamiento y captura se comercializarán en 2030.
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La tecnología a gran escala ha comenzado a desarrollarse en El Bierzo
(León), con un proyecto piloto de la Fundación Ciudad de la Energía,
impulsada desde el Gobierno. La planta leonesa se ubicará en Cubillos del
Sil, donde se encuentra una central térmica de carbón, y estará en marcha en
la primavera de 2010. Además, Elcogas instalará el próximo año una planta
piloto en la central de ciclo combinado de Puertollano (Ciudad Real) para
separar el CO2.
La captura de CO2 se puede realizar de tres formas: antes, durante o después
de la combustión. Si se quiere separar el CO2 antes de la quema, se puede
obtener además hidrógeno, explicó ayer Juan Carlos Abanades, investigador del
CSIC y miembro de la Plataforma Tecnológica Española del CO2. La planta de El
Bierzo será de oxi-combustión (durante la quema) y el proyecto de Elcogas, de
precombustión. Además, el fluido de dióxido de carbono se puede transportar
desde la central térmica, donde se capture, hasta el almacenamiento.
Una vez obtenido el fluido de CO2 su almacenamiento debe ser geológico, ya
que construir una nave para albergarlo sería demasiado costoso. El Instituto
Geológico Minero de España (IGME) ha empezado a localizar las áreas subterráneas
susceptibles de albergar el CO2 capturado. Cecilio Quesada, del IGME, explica
que los emplazamientos necesitan de una cavidad similar a la de los pozos de
petróleo, es decir, que exista una roca permeable para inyectar el fluido de
dióxido de carbono, que esta roca esté separada por otra en su lateral y que por
encima sea un sello impermeable, para evitar escapes del fluido.
Los cálculos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la
ONU apuntan que entre el 15% y el 55% de las emisiones de CO2 actuales se
podrían absorber mediante el almacenamiento, como una medida de mitigación.
Sin embargo, esta tecnología no es la solución para el calentamiento, a
juicio de Greenpeace. La responsable de la campaña de cambio climático de la
organización, Sara Pizzinato, explica: "Es una barbaridad ambiental, porque se
trata de una excusa para prorrogar la vida a sectores contaminantes como el
carbón". Además, advierte de que habrá un aumento del consumo de energía para
poder capturar, transportar y almacenar el CO2, con lo cual aumentarán las
emisiones. "Es dejar la suciedad debajo de la alfombra", concluyó.
Fuente:
Público.es
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