El Gobierno polaco está dispuesto a alargar las negociaciones sobre el paquete de medidas preparado por la Unión Europea para luchar contra el cambio climático al considerar que puede frenar su crecimiento económico e incluso dificultar sus planes para entrar en la Eurozona.
Noticias Troposfera.org
09/09/2008
Varsovia defiende varios cambios significativos dentro del paquete y aboga
por prolongar las discusiones hasta la primavera de 2009, a pesar de que la
Presidencia francesa de turno de la UE ha convertido el asunto en una de sus
prioridades y quiere un acuerdo antes de fin de año.
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'No debemos apresurarnos para aprobar algo y luego darnos cuenta de que
tiene consecuencias negativas', según explicó el ministro de Asuntos
Europeos, Mikolaj Dowgielewicz, en un encuentro con periodistas en Varsovia.
Dowgielewicz defiende que esperar hasta el próximo año para tomar una
decisión definitiva permitiría a Europa conocer la postura respecto al
cambio climático del nuevo presidente de Estados Unidos, que será elegido en
noviembre de este año.
Ese retraso, según Polonia, no dificultaría la negociación del acuerdo
internacional post-Kioto que se pretende alcanzar en la conferencia de
Copenhague a finales de 2009 y permitiría además replantear algunos puntos
del paquete.
A pesar del interés de varios gobiernos por aprobar las nuevas medidas lo
antes posible, el texto podría quedar bloqueado en las negociaciones, pues
según fuentes polacas hay un grupo de 'entre doce y trece países' que tiene
preocupaciones importantes.
Los principales descontentos con la propuesta de Bruselas serían los
últimos países que accedieron a la Unión, que consideran que los compromisos
medioambientales podrían imposibilitar su acercamiento a los viejos socios
en términos económicos y de nivel de vida.
Polonia asegura que las medidas diseñadas para reducir las emisiones de
dióxido de carbono europeas en un 20 por ciento en 2020 respecto a los
niveles de 1990 pueden tener consecuencias fatales en el ámbito económico y
social.
Según sus estudios, la aplicación del paquete tal y como ha sido
propuesto por la CE recortaría el crecimiento económico polaco en tres
décimas porcentuales cada año y dispararía los precios de la electricidad
muy por encima de lo previsto por Bruselas.
En concreto, los expertos consultados por Varsovia creen que el coste de
la electricidad podría aumentar entre un 43 y un 60 por ciento en el país y
hacer que la productividad de su industria cayese por encima del 20 por
ciento en 2030.
Por todo ello, Polonia cree que sería prácticamente imposible para el
país cumplir con los requisitos para acceder al euro, un objetivo para el
que no hay un calendario preciso, pero que a Varsovia le gustaría alcanzar
en 2012.
A pesar de sus críticas, Polonia no cuestiona los principales objetivos
del paquete de la UE (reducción del 20 por ciento de las emisiones de CO2 e
impulso de las energías renovables para que alcancen un 20 por ciento del
consumo global).
Sin embargo, cree que los objetivos propuestos por la Comisión Europea
(CE) para cada país no son los adecuados y quiere más flexibilidad en el
cumplimiento de las metas.
Actualmente, el 95 por ciento de la energía que se produce en Polonia
procede de centrales térmicas alimentadas por carbón, una fuente energética
que se vería castigada por las medidas europeas.
Por ello, el Gobierno polaco defiende que la entrada de estas
instalaciones en el sistema de subasta de permisos para emitir propuesto por
Bruselas se haga de forma gradual hasta 2020 y no directamente en 2013 como
defiende la CE.
Además, Polonia considera que sus reservas de carbón -que asegura que son
suficientes para entre 300 y 400 años- deberían ser tomadas en cuenta por la
UE como una forma de garantizar la seguridad del suministro energético.
En este sentido, los datos presentados por el Gobierno polaco aseguran
que la aplicación del paquete de clima y energía, tal como está redactado
actualmente, haría necesario un aumento del 45 por ciento de las
importaciones de gas natural, lo que incrementaría la dependencia energética
de Rusia, algo que preocupa mucho a la mayor parte de los países del Este de
la UE.
Fuente:
Terra Actualidad
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