La Fundación Migres dirigirá una red de más de 150 observatorios terrestres en Europa que analizarán el cambio climático y su impacto en las migraciones de las aves.
Noticias Troposfera.org
12/08/2008
La Red Europea de Migración de Aves y Cambio Climático, patrocinada por el
Consejo de Europa, recibirá los análisis y observaciones de los 54 países
firmantes del Convenio de Berna, y estará dirigida desde Tarifa por Miguel
Ferrer, presidente de Migres e investigador de la Estación Biológica de Doñana.
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«Vamos a tener toda la información a escala continental en la mano, lo que
es fundamental para España», afirma este biólogo, ex director de la Estación
Biológica del CSIC en el Parque Nacional de Doñana. «¡Ya era hora que se nos
viera un poco más!», enfatiza sobre la importancia que para la conservación de
las aves y la biodiversidad tendrán los datos en línea que empezarán a fluir
por internet entre todos los especialistas del mundo.
Ferrer, que forma parte del Comité de Expertos en Biodiversidad del Consejo
de Europa, junto con colegas de otros países había planteado la necesidad de
poner en común todos los datos de los distintos observatorios dispersos por el
Viejo Continente. El fin es hacer un seguimiento de los impactos del cambio
climático en la biodiversidad. Mucho más tratándose de aves y de sus
migraciones, que son un excelente bioindicador de los cambios.
La decisión de montar la red se tomó recientemente en Italia, en el Parque
Nacional de Gargano, donde se analizaron los protocolos de trabajo, los grupos
de especies objeto de estudio y los resultados de cada organización
científica. También se aprobó que los datos que recoja cada uno de los
observatorios de la red deben compartir unos estándares mínimos para que la
información pueda ser tratada de forma homogénea.
«Esto permitirá una imagen mucho más completa de lo que ocurre en el
paleártico occidental en aspectos como la fenología migratoria, la evolución
de las poblaciones o los cambios de comportamiento migratorio fruto del cambio
global», según Ferrer.
Datos desde hace 25 años
Los ocho países que participan en primera instancia en esta red europea
albergan más de un centenar de observatorios ornitológicos, alguno de los
cuales acumula información científica desde hace más de 25 años.
En cualquier caso, la red se constituye como una red libre, abierta y
constituida por centros de observación independientes. Se espera que el numero
de asociados continúe creciendo. «Calculamos que pronto estarán en línea más
de 150 observatorios, algunos de ellos pequeñitos y locales, pero cuyos datos
son igualmente muy importantes», señala Ferrer.
El proyecto arranca, de momento, con los centros de Falsterbö (Suecia);
Fair Isle (Escocia); Texel (Holanda); Gibraltar (España); Messina (Italia
–incluye también la red Infomigrans, con 26 observatorios asociados)–; Elat
(Israel); Organdidexka (Francia –incluye la red francesa con 43
observatorios–); Grecia y Bósforo (Turquia).
La red estará operativa a partir de mediados de febrero del año que viene y
funcionará como la que ya existe en EEUU, modelo en el que se han basado para
construir la europea. Ambas redes estarán coordinadas, lo que dará una
información muy amplia sobre lo que ocurre en el Hemisferio Norte, a excepción
de Asia, donde ya existen iniciativas para organizar un plan similar.
Las observaciones se centrarán sobre tres grandes familias de aves
migradoras: acuáticas, marinas y rapaces. Las aves que dependen de los
humedales sufrirán los cambios que se produzcan como consecuencia del
calentamiento global. Se esperan impactos en lo referente a la abundancia y a
la distribución de aves acuáticas y zancudas. Las aves que deben ser
analizadas incluyen el ganso silvestre (Anser anser) y el combatiente (Philomachus
pugnax).
En cuanto a la aves marinas, se espera que el cambio de clima las afecte
por la subida del nivel del mar y las modificaciones en el hábitat. Otro tanto
cabe esperar entre las aves rapaces, que dependen de diferentes ecosistemas
terrestres que van sufrir importantes transformaciones ecológicas en el futuro
inmediato, afirman los científicos impulsores de la red.
El mejor conocimiento de los cambios en los comportamientos migratorios de
estos grupos de aves permitirá proyectar escenarios de futuro sobre la
distribución de la biodiversidad con mayor precisión que los realizados hasta
el presente, así como el estudio de enfermedades emergentes transportadas por
aves.
La elección de la Fundación Migres, con sede en Tarifa (Cádiz), como
coordinadora de la red europea es resultado de la organización hace un año de
un primer congreso sobre el tema que tuvo lugar en Algeciras.
Fuente:
El Mundo
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