Poca gente lo sabe, pero el catedrático español José Manuel Moreno (Espinoso del Rey, Toledo, 1952) ganó el Premio Nobel de la Paz de 2007. Exactamente, le correspondería el 0,025% de la medalla ornamentada con el busto de Alfred Nobel. (Entrevista en PÚBLICO).
Noticias Troposfera.org
22/06/2008
Moreno, experto en ecología del fuego de la Universidad de Castilla-La
Mancha, es uno de los 2.000 miembros del Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, galardonado con el premio
sueco junto a Al Gore. El biólogo, que denuncia la manipulación del
conocimiento científico en algunas Comunidades Autónomas, será uno de los
científicos que asesorará a la comisión parlamentaria sobre cambio climático
que se presentó la semana pasada en el Congreso.
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Como investigador implicado en la conservación del
medio ambiente. ¿Le decepcionó la dilución del Ministerio de Medio Ambiente en
Agricultura?
Bueno, se ha elevado de rango la parte de lucha contra el cambio climático.
Se ha pasado de una Secretaría General a una Secretaría de Estado. Además, si
nos atenemos a lo expresado el otro día por el propio portavoz socialista en el
Congreso, José Antonio Alonso, al presentar la comisión de cambio climático, da
la impresión de que el Gobierno sí tiene planes para abordar este tema.
Sin embargo, las emisiones de España sobrepasan en
un 52% los niveles de 1990. El Gobierno habla mucho sobre el cambio climático,
pero no se ven resultados. ¿Esto es marketing electoral o es pronto para juzgar
su actuación?
Yo creo que no es marketing electoral. Creo que el Gobierno tiene la
intención de reducir las emisiones, porque, si no, se va a encontrar con un
coste muy importante. Ahora bien, no se puede modificar todo el sistema
económico de la noche a la mañana para reducir de forma significativa las
emisiones, no existen los milagros.
Entonces, España no cumplirá lo firmado en Kioto...
Hay distintas maneras de cumplir. Se están poniendo las bases para ejecutarlo
con una disminución de emisiones. Y para el resto, el Gobierno tendrá que tirar
de talonario y comprar derechos de emisiones.
Así que España cumplirá, pero con trampas...
Mientras se cumpla, se ha cumplido. A mí lo que me preocupa son las emisiones
mundiales. Aunque España cumpliese Kioto, no notaríamos ningún efecto. Si el
Protocolo contempla la compra de derechos de emisiones es porque eso supone
reducir las emisiones en otro lugar.
Si Kioto se firmó en 1997, ¿por qué no se han visto
resultados todavía?
Hay que pedirle cuentas a quien estaba gobernando entonces [el Partido
Popular]. Está claro que no se hizo nada, porque el primer plan de emisiones se
adoptó en el primer Gobierno de Zapatero.
¿España puede cumplir Kioto sin centrales nucleares?
Las centrales están evitando un número importante de emisiones. Pero a lo
mejor sin centrales se hubieran desarrollado fuentes alternativas. No se sabe,
es ciencia ficción. Ahora bien, si se cerrasen todos los reactores y se
mantuviera el mismo nivel de consumo, el nivel de emisiones subiría y además
incidiría en los precios, porque no se han creado energías alternativas. Ahora
mismo, lo mejor es alterar lo menos posible la coyuntura: no pedir más ni
desestabilizar la situación. En cualquier caso, las centrales no son la
solución. No se contempla que el mundo pueda funcionar a base de centrales
nucleares. Nadie lo está planteando y espero que nadie lo proponga.
El programa electoral del PSOE contempla plantar 45
millones de árboles. ¿Son muchos o pocos?
A mí 45 millones de árboles me pueden parecer muchos o pocos, pero los 500
millones de árboles que prometió Rajoy me parecen claramente muchísimos, porque
inevitablemente terminarían quemándose. Ni los 45 ni los 500 se pueden analizar
de manera simplista. En España, plantar árboles no garantiza la captura de
dióxido de carbono. Hay que ver en qué contexto se van a plantar, para
asegurarnos de que no van a arder dentro de 50 años; teniendo en cuenta que los
índices de riesgo van a aumentar con el cambio climático. Cuanto mayor es el
número de árboles prometido, menos me creo la capacidad de gestionarlos. Plantar
500 millones de árboles es imposible.
La NASA admitió que se habían falseado informes
sobre cambio climático. ¿Usted ha sentido presiones de este tipo en España?
En la Administración central española a mí nadie me ha modificado ni media
coma. Pero algunas administraciones no es que minimicen los datos, es que
directamente los descalifican. Ningún Gobierno regional tiene mejor información
que la que dan los expertos de alto nivel. Las administraciones están
legitimadas para tomar las medidas que estimen oportunas, pero no para cambiar
los hechos científicos.
¿Hay políticos en España que están falseando hechos
científicos?
Sí, y no sólo en España.
¿Esas comunidades son Valencia y Murcia?
Vamos a dejarlas sin nombrar...
Entonces, ¿hay muchos ‘primos de Rajoy' en la
política española?
Sí, aquellas fueron unas declaraciones desafortunadas, despectivas con el
mundo científico e inaceptables en un líder que pretende ser presidente del
Gobierno. Pero entiendo que el PP ha rectificado, así que bienvenido sea. Ni él
ni nadie, salvo que nos diga la fuente en que se basa, puede descalificar lo que
la ciencia está poniendo encima de la mesa. Un partido político puede decir algo
contrario a lo que algunos científicos nos parece sensato, pero no puede falsear
caprichosamente los datos sobre los que adopta sus decisiones.
¿Cuál debe ser el escenario posterior a Kioto?
El IPCC lo deja claro. Con una reducción de emisiones del 50% en 2050 existe
una alta probabilidad de que no lleguemos a tiempo. Hay que conseguir una
disminución global del 80% de aquí a 2050. Pero de Kioto sólo se puede salir con
un acuerdo efectivo porque, si no, no tiene sentido.
Ahora se está echando la culpa a China de desbocar
sus emisiones. ¿Es ético pedirles que se aprieten el cinturón cuando un español
emite más del doble de CO2 que un chino?
Probablemente no, pero en todo caso, tienen que reducir sus emisiones.
Históricamente no hemos contribuido todos de igual manera al cambio climático;
ahora, tampoco. Sin embargo, lo que no podemos decir es que como China no ha
emitido tanto, no nos preocupa. El que haya contaminado más se tiene que apretar
más el cinturón, pero no podemos utilizar tecnologías excesivamente
contaminantes cuando ya existen alternativas más limpias. No podemos volver al
pasado.
Fuente:
Público
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