Cambio Climático
Jornadas sobre Cambio Climático de Oviedo:
Los expertos creen que en 15 años se dispondrá de la tecnología necesaria para capturar el CO2 y acumularlo en los yacimientos de petróleo.
04 de mayo 2005
Los yacimientos de petróleo y de gas están en condiciones de convertirse, una vez que se desarrolle la tecnología adecuada, en gigantes recipientes donde almacenar el dióxido de carbono (CO2) generado por la industria, uno de los principales causantes del calentamiento de la Tierra.
En un plazo de 10 o 15 años se dispondrá de los equipos necesarios para poder capturar el carbono, trasladarlo e inyectarlo en forma líquida en estos yacimientos. Esto también permitiría elevar el rendimiento de estas explotaciones, de las que actualmente sólo se recupera el 50% del petróleo o del gas existente.
Con la inyección del CO2 producido por la industria el porcentaje de recuperación de gas y petróleo se elevaría hasta el 60 ó 65% "lo que haría rentable esta actividad", según indicó ayer en Oviedo el jefe de la unidad de tecnologías de transformación de energías de la Comisión Europea, el español Angel Pérez Sáenz.
Pérez Sáenz participó en la reunión celebrada en la capital asturiana con representantes de los 15 países que integran el Grupo Técnico del Foro Internacional sobre Secuestro de Carbono (CSLF), en el que estuvo representada la Unión Europea y al que España asistió como observador al no formar parte de este organismo.
Según el alto cargo de la Comisión Europea, este grupo se encarga de preparar el terreno para que los países más industrializados desarrollen tecnologías de este tipo "con criterios armónicos" y de coordinar los avances científicos para abaratar el coste de separar el carbono en los procesos industriales, transportarlo y almacenarlo "en formaciones geológicas profundas, estables y también fiables".
El CO2 permanecería almacenado allí "durante decenas de miles de años" al igual que antes lo estuvieron el gas y el petróleo, aunque es necesario todavía, según Pérez Sáenz, realizar estudios sobre la interacción del carbono con la roca, su proceso de disolución y la posibilidad de que se produzcan escapes.
En este sentido, recordó que en el ámbito de la Unión Europea se están invirtiendo anualmente, tanto desde el sector público como desde el privado unos 140 millones de euros en investigar las posibilidades de llevar a cabo el secuestro del dióxido de carbono.
El principal banco de pruebas de estas tecnologías se encuentra en un yacimiento gasístico del Mar del Norte, en Noruega, que cuenta debajo con un gran acuífero con capacidad para almacenar todo el CO2 que se emita en Europa durante los próximos cincuenta años.
"Si la empresa que lo explota sigue emitiendo carbono a la atmósfera tendría que pagar impuestos por ello y ha llegado a la conclusión de que le es más económico intentar enterrar el carbono", indicó ayer Pérez Sáenz.
La reunión celebrada por el CSLF estuvo precedida por el encuentro que mantuvieron esta semana 120 expertos de 40 países encargados de elaborar el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) en relación con la captura y almacenamiento de carbono, encargado hace dos años por Naciones Unidas, y que se dará a conocer en septiembre en Montreal (Canadá).
En dicha reunión se puso de manifiesto que, si se generalizase el enterramiento del CO2 generado por la industria, permitiría reducir a la mitad las emisiones a la atmósfera de este gas.
Organizaciones ecologistas mostraron además su preferencia por el almacenamiento de este gas bajo tierra en lugar de hacerlo en los océanos por el peligro que supondría la aceleración del proceso natural de absorción del dióxido de carbono por los mares.
(Fuente: La Voz de Asturias)
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