En 2007, la ciudad registró 55 días de contaminación atmosférica, aunque en niveles inocuos para la salud. El medidor de Marbella detectó altas concentraciones de ozono y la presencia de partículas en suspensión.
Noticias Troposfera.org
30/05/2008
El verano es época de sol, de playa, si la ciudad tiene la suerte de
ubicarse a pie de costa y también, aunque al común de los mortales se le
escape este detalle, de incremento de los gases contaminantes que pululan por
la atmósfera.
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Marbella también se ajusta a este patrón repetido en las grandes ciudades
adonde los turistas, cada vez más al volante de sus propios vehículos o de
coches de alquiler, llegan en masa para disfrutar de las vacaciones. Este
aumento del tráfico, a parte de los inconvenientes usuales como la falta de
aparcamiento o las caravanas en puntos estratégicos, está detrás de la mayoría
de los episodios de mala o muy mala calidad de aire que se registran en la
ciudad.
Las estadísticas confirman esta realidad que, nunca mejor dicho, flota en el
aire. En concreto, de los 55 días de elevada contaminación atmosférica
detectados por la cabina que la Consejería de Medio Ambiente tiene en Marbella,
36 tuvieron lugar en los meses de verano, entre junio y septiembre, cuando los
visitantes llegan incluso a triplicar la población censada.
Del medio centenar, 35 obedecieron a elevados niveles de ozono en el aire y
las 20 restantes, a la presencia de partículas en suspensión, aquellas que
tienen un tamaño inferior a diez micras y mayormente originadas por el tráfico,
el polen, el polvo de las canteras o cementeras o los vientos que transportan
arena del desierto del Sáhara.
Normativa
No hay motivo para la alarma. Según indican desde la Consejería de Medio
Ambiente de la Junta de Andalucía, pese a que oficialmente hubo 51 días con mala
calidad del aire e incluso cuatro calificados como de muy mala calidad, en
ningún caso se superaron los límites para la protección de la salud humana de
acuerdo con la legislación vigente, que será sustituida por una directiva de la
Unión Europea.
Las conclusiones serían distintas si se aplicara esta nueva normativa
europea, que establece limites mucho más estrictos que serán de obligado
cumplimiento en el año 2005 o 2010, según el contaminante que se pongan bajo la
lupa. De acuerdo con esta legislación, en Marbella sí se habrían computado en
2007 35 días con valores superiores a lo exigible en el caso de la presencia de
ozono en Marbella, aunque igualmente sin llegar a suponer un riesgo para la
salud, indican en el informe el Gobierno andaluz.
El origen del medio centenar de casos de calidad del aire mala e incluso muy
mala hay que buscarlo principalmente en el aumento del tráfico. En el caso del
ozono, pese a que es un elemento que integra naturalmente el aire, un cóctel de
factores inciden en que se eleven sus niveles a valores inusuales: que se
dispare la concentración de dióxido de nitrógeno originado por la circulación de
vehículos, azuzado por una combustión incompleta de los motores, la radiación
solar o la ausencia de viento.
El tráfico también está detrás del aumento de las partículas en suspensión,
que tienen un tamaño inferior a diez micras. «En el caso de dichas partículas se
dan muchas situaciones malas o muy malas debido a que el índice se calcula en
base a un valor límite diario muy bajo, de 50 microgramos por metro cúbico»,
señalaron desde la Dirección General de Prevención y Calidad Ambiental. Pusieron
además el acento en que en ocasiones las fuentes son naturales debido al
transporte de arena procedente de desiertos de África.
Los datos invitan a no bajar la guardia y a mirar por el medio ambiente
reduciendo, en lo que esté nuestra mano, la emisión de gases contaminantes a la
atmósfera. Precisamente este es el objetivo que se marcó la Junta con la puesta
en marcha de la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire en Andalucía:
Tomar las medidas necesarias para mantener una buena calidad del aire o
mejorarla en las zonas donde se agrava. Para ello ubicó una red de cabinas de
medición dispersas por distintos municipios.
A tiempo real
Marbella se sumó en 2003 a esta red de ciudades europeas que ejercen un
control y un seguimiento a tiempo real sobre la calidad de su aire con la puesta
en funcionamiento de una cabina en el polideportivo Guadaiza de Nueva Andalucía.
A la par que aporta datos meteorológicos, analiza la presencia en el aire de
dióxido de azufre, monóxido de nitrógeno, dióxido de nitrógeno, óxido de
nitrógeno, monóxido de carbono, ozono y de las partículas en suspensión.
Los datos recabados por los sensores son enviados a distintos centros de
control ubicados en las provincias de referencia y a los servicios centrales de
la Consejería de Medio Ambiente, que centraliza toda la información para que
pueda ser consultada por los usuarios a través de la web de la Junta de
Andalucía. A pie de calle, dos paneles informan en Puerto Banús y en la avenida
del Marqués del Duero, en San Pedro Alcántara.
Fuente:
Diario SUR
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