TROPOSFERA ofrece desde 2010 una consultoría integral de medio ambiente.
Para ello cuenta con un equipo multidisciplinar de profesionales de la consultoría ambiental con más de 15 años de experiencia, tanto en el sector público como en el privado. En nuestro catálogo figuran, entre otros, los siguientes servicios:
Responsabilidad Ambiental ; Sistemas de Calidad ; Eficiencia Energética ; Medio Natural; AAI's ; Agendas 21 ; SIG
Mediciones de SO2, NOx, O3, COV's ... ; Modelos de dispersión (ISC, CALPUFF,...) ; Modelos Predictivos ; Meteorología; Olores ; Emisiones ; Huella de Carbono
Dispone de más información en www.troposfera.es
El hallazgo de una oceanógrafa viguesa, investigadora del Centro Oceanográfico de Southampton (Reino Unido), obliga a la comunidad científica internacional a replantearse sus predicciones sobre la evolución del cambio climático.
05/05/2008
Débora Iglesias acaba de publicar en la revista "Science" un estudio que revela, en contra de las teorías hasta ahora vigentes, que el fitoplancton no contribuirá a anular las emisiones de CO2, sino que jugará un "papel neutral" agravando la disminución de la capacidad de absorción del mar.
Publicidad
"Todos los modelos matemáticos deben ser reevaluados porque asumían un
escenario equivocado. Hemos obtenido la primera evidencia de que el océano no
funciona cómo se creía", explica. También confiesa que tardó "unas semanas" en
digerir el alcance de los resultados obtenidos desde el Centro Nacional de
Oceanografía de la Universidad de Southampton, donde dirige un grupo de trece
personas, y que ha vivido "uno de los momentos más emocionantes" de su
carrera.
Además ha compartido protagonismo en la prestigiosa y selectiva "Science" con
su madre, Rosa Seoane, quien ilustra el artículo con uno de los cuadros que ha
pintado inspirándose en los cocolitóforos, las algas marinas unicelulares que
investiga Débora. "Yo le enviaba a Vigo las fotografías del microscopio
electrónico y ella hizo la serie Coccolife. Tengo uno de sus cuadros colgado
en la oficina y otro en mi casa de Winchester", reconoce orgullosa.
Los cocolitóforos, un grupo "bastante joven" que habita en la Tierra desde
hace 250.000 años, tienen una importancia clave en el efecto invernadero ya
que "controlan el reciclaje y los niveles de CO2 en la atmósfera".
Estos organismos absorben dióxido de carbono cuando realizan la fotosíntesis,
pero también lo liberan en la producción de placas de carbonato cálcico
(calcificación) que expulsan después sobre la columna de agua formando "blooms".
Estas mareas "de cientos de miles de kilómetros cuadrados" pueden verse por
satélite a lo largo de todo el planeta y acaban depositadas en el fondo del
sedimento marino donde conforman la mayor reserva de carbono de la Tierra.
"Los cocolitóforos son una bomba biológica, porque reciclan el CO2 y lo envían
al fondo de los océanos, donde se queda para siempre", añade.
Equilibrio
En 2000 un equipo de expertos intentó predecir los efectos de la acidificación
del mar -el dióxido que genera la actividad humana se disuelve en el agua
reduciendo su PH- sobre los cocolitóforos y concluyó que la calcificación
disminuiría frente a un aumento de la absorción de carbono por fotosíntesis
contribuyendo así a rebajar el efecto invernadero.
Sin embargo, el grupo de Iglesias demuestra que la calcificación podría
duplicarse a finales de este siglo y que se producirá "un equilibro" entre
ésta y la fotosíntesis por lo que "el efecto neto será neutral". Justifica la
disparidad de resultados en que el primer grupo introdujo ácido en el agua
donde se cultivaban los cocolitóforos, mientras que ellos utilizaron aire con
distintas concentraciones de CO2, lo que "reproduce de manera más natural las
condiciones futuras".
Tras los experimentos ha llegado el turno del trabajo de campo. Iglesias ya
recabó datos el pasado verano en blooms al sur de Islandia y que verán la luz
en breve, pero su labor debe continuar. "Si los cocolitóforos tienen problemas
para sobrevivir, como ocurrirá con otros organismos que calcifican como los
corales, se originaría un problema tremendo porque al océano le costaría
retener CO2 y además afectaría al resto de la cadena alimenticia. El impacto
será global por eso hay que estudiar cómo se adaptarán".
Fuente: El Faro de Vigo
Publicidad
Envíanos tu Noticia Comentarios:
Troposfera.org declina cualquier responsabilidad sobre el contenido de la información extraída de otras fuentes, las cuales son siempre citadas. Así mismo, su publicación no pretende reflejar la postura u opinión de Troposfera.org sobre el tema tratado.
Troposfera.org declina cualquier responsabilidad sobre el contenido de la información extraída de otras fuentes, las cuales son siempre citadas. Así mismo, su publicación no pretende reflejar la postura u opinión de Troposfera.org sobre el tema tratado.