El reloj del sector energético está más acelerado que nunca y sus protagonistas ven cercano ya otro cambio de ciclo tecnológico, de esos que normalmente no se producían más que cada veinte o treinta años y generalmente por razones económicas y de seguridad de suministro, como las crisis del petróleo que en el pasado siglo rehabilitaron a las térmicas de carbón e impulsaron la opción nuclear. Ahora, cuando la península Ibérica y buena parte de Europa están en pleno frenesí de inversiones en centrales eléctricas alimentadas por gas natural y en la apuesta que comanda la UE por las energías renovables, el sector empieza a mirar de nuevo hacia el carbón, hacia las tecnologías, aún en gestación, que rebajen sustancialmente las contraindicaciones ambientales del combustible fósil más abundante y mejor repartido del planeta.

24/06/2007

Ampliar Noticia: La Nueva España

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