Barcelona y su área metropolitana sufren el peor episodio de contaminación del año. La ola de calor ha sido uno de los factores determinantes a la hora de agravar la situación y, lo peor de todo, todavía se desconoce cuándo bajarán las temperaturas. Pese a afectar a toda Catalunya, la capital catalana y el AMB son las zonas que más se resienten a nivel de polución, fruto de la alta densidad de tráfico en esta parte del territorio. En concreto, se han detectado elevados niveles de partículas de diámetro inferior a 10 micras (PM10) y de dióxido de nitrógeno (NO2) en toda la conurbación de Barcelona.

La situación es tan drástica que incluso podrían llegar a tomarse medidas extremas y sin precedentes como la restricción del tráfico en la ciudad. Los pasos previos para aplicar dicha medida ya se han llevado a cabo: la conselleria de Territori ha activado el aviso preventivo por los elevados niveles de dióxido de nitrógeno (NO2). Se trata de la fase previa para decretar un posible episodio ambiental, que podría conllevar restricciones al tráfico. Las mismas afectarían a los vehículos de gasolina anteriores al año 2000 y los diésel de antes de 2006 --los que no tienen la etiqueta ambiental de la DGT--.