Estudios revelan que la población ha comenzado a perder el oído y la vista. Se ha detectado altas concentraciones de monóxido de carbono y dióxido de azufre en aire ambiente.
03/12/2005
El riesgo de que los cusqueños pierdan poco a poco la visión y el sentido auditivo, como consecuencia de las sustancias tóxicas que respiran a diario, es muy alto, según advirtió ayer la bióloga Nora Ugarte Bustinza, docente de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco.
Sostuvo que la gente ha comenzado a disminuir sus actividades y se hacen más frecuentes las irritaciones en la garganta y los problemas pulmonares.
La especialista explicó que debido al aire contaminado, los sistemas circulatorio y nervioso resultan los más afectados porque la gente respira monóxido de carbono.
En estos momentos, afirmó Ugarte, los valores de inmisión de gases, como el monóxido de carbono, en el centro urbano del Cusco están por encima de las 10 partes por millón de CO, que es el límite máximo durante ocho horas. Incluso, se han presentado días en que el aire se contamina hasta llegar incluso a las 39 partes por millón de CO.
La investigadora cusqueña añadió que, según algunos estudios realizados en pacientes locales, han aumentado los niveles de carboxihemoglobina (molécula cargada de hemoglobina mezclada con monóxido de carbono). Esto debido a que se encuentran expuestos a los gases de los vehículos.
"La hemoglobina tiene la función de capturar el oxígeno y lo conduce a todo el organismo. Sin embargo, en lugar de captar oxígeno lo que hace es capturar monóxido de carbono, veneno que luego circula en la sangre", señaló Ugarte.
La especialista afirmó que el ciudadano cusqueño, lejos de captar moléculas de oxígeno captura moléculas de CO, lo que incide directamente en su sistema nervioso. De ahí que la gente que es afectada disminuya sus actividades locomotoras y psicomotrices.
Voces autorizadas
Consultado sobre el tema, el director del Consejo Nacional del Medio Ambiente en Cusco, Carlos Salazar, dijo que otros estudios confirman los altos niveles de contaminación que existe en la Ciudad Imperial.
"El problema es grave, dijo Salazar, porque la población corre el riesgo de malograr su salud y ello se constata con el gran incremento de enfermedades respiratorias agudas, especialmente entre las personas que trabajan en la calle. Advirtió que el monóxido de carbono está acercándose peligrosamente a los niveles máximos permisibles.
Mencionó que los vehículos especialmente los petroleros, tienen una emisión bastante grande de dióxido de azufre, que es producto del combustible sucio que tiene el petróleo diesel.
Indicó que diez partes por millón es el límite máximo permisible del azufre, pero ahora esos valores ascienden hasta cincuenta partes por millón.
Salazar indicó finalmente que, mediante una campaña, se puede lograr que esos niveles se reduzcan para bien de la salud, tanto de los pobladores como de los visitantes que por miles llegan a la antigua capital del imperio incaico.
Fuente: El Comercio Perú
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