La Junta de Recursos del Aire de California (CARB) votará hoy sobre la
adopción de regulaciones más estrictas para reducir las emisiones
tóxicas de los motores diésel en los vehículos escolares, autobuses de
tránsito y camiones de basura.
Para aprobar las nuevas normas, se necesita una mayoría simple de los
10 miembros del panel y someter después las reglas a la Oficina del
Medio Ambiente (EPA) de Estados Unidos.
California es el único estado del país que tiene derecho a renunciar
al reglamento federal sobre la pureza del aire para adoptar una
normativa más rigurosa que el resto de la nación. La propuesta
contemplada por CARB fija que todos los operadores de flotas públicas
y privadas con al menos 15 vehículos diésel deberán cumplir con un
nuevo estándar de baja emisión de gases y partículas a la hora de
alquilar o adquirir un vehículo adicional.
Defensores del medio ambiente, acompañados por la concejal Jan Perry y
la presidenta de la mesa directiva del Distrito Escolar Unificado de
Los Ángeles (LAUSD), Marlene Canter, urgieron ayer a los miembros de
CARB a votar en favor del plan, no sólo para reducir la contaminación
en el sur de California, sino para mejorar la salud de los
estudiantes.
“Adoptar ese plan es de vital importancia para nuestra región y en
especial para nuestros jóvenes, cuando el 70% de los riesgos de
padecer cáncer por la contaminación del aire provienen de las
emisiones diésel”, comentó Perry.
“El Distrito Escolar opera más de 90 autobuses de gas natural
comprimido que han ayudado a comprobar que se trata de una alternativa
práctica al diésel. Debemos reducir los riesgos de salud que enfrentan
nuestros niños respirando esos gases tóxicos”, declaró, por su parte,
Canter.
Aunque la nueva política podría suponer para las compañías un
considerable ahorro en combustible, debido a que el galón de gas
natural comprimido cuesta unos 70 centavos menos que el de diésel, el
principal efecto que se busca es disminuir el asma en la población
infantil.
“Las emisiones diésel desprenden partículas microscópicas que llegan a
lo más profundo del sistema circulatorio. Los niños llegan a respirar
al doble de velocidad que un adulto porque sus cuerpos crecen pero los
pulmones no lo hacen al mismo tiempo”, dijo Anahí Ibarra-López,
gerenta de contrataciones de la Coalición por un Aire Limpio. “Los
niños respiran hasta cuatro veces más el gas tóxico dentro de los
autobuses que las personas que lo hacen a la par en sus autos”,
especificó Julie Masters, abogada del Consejo para la Defensa de los
Recursos Naturales (NRDC).
La Asociación Productora de Motores y la Asociación de Estados
Occidentales de Petróleo emprendieron hace cinco años una batalla
legal en los tribunales para tratar de impedir que se adopten normas
que impidan el uso del diésel, aunque los tribunales han limitado su
alcance cuando se trata de flotas privadas.
Sin embargo, para los defensores del medio ambiente, este plan también
terminaría beneficiando a la economía del estado por considerar que se
está invirtiendo en la salud de los jóvenes.
“El asma es la razón de ausencia escolar número uno en California. Si
podemos reducir eso con la eliminación de los gases diésel, se va a
ayudar a que los estudiantes puedan prepararse mejor”, dijo Todd
Campbell, director de política y ciencia de la Coalición por un Aire
Limpio. “CARB tiene la decisión en sus manos para el futuro de
nuestros niños, porque para poder aprender, primero deben poder
respirar”.
De aprobarse el plan, los operadores de flotas o los distritos
escolares están exentos de cumplir la normativa si no tienen
financiamiento exterior disponible para cubrir los nuevos costos, si
no existe una estación de gas natural dentro de cinco millas del
garaje de los autobuses o si éstos no están comercialmente disponibles
en el tamaño requerido por los operadores.