Este Comité, que se creó el pasado año a iniciativa de un
grupo de investigadores bajo el auspicio del Ministerio de Educación y
Ciencia, pretende potenciar en España la investigación interdisciplinar
sobre el cambio global y coordinarla con los programas internacionales de
investigación sobre esta materia.
Su presidenta, Mercedes Pardo, profesora del Departamento
de Ciencia Política y Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid,
hizo pública una nota en la que fija la posición de este Comité ante la
alarma y el sentimiento 'catastrofista' que se está generando alrededor del
cambio climático.
Constata en la misma que existen 'indicios razonables'
para hablar de cambio climático, concretamente el aumento en los últimos
años de la temperatura de la tierra y las consecuencias que produce.
En este sentido, las investigaciones del Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas,
pronostican un aumento entre 1,4 y 5,8 grados para el año 2100.
Ese cambio del clima se debe a la incidencia de la
actividad humana, en especial al estilo de vida de los países más ricos con
el uso masivo del consumo de combustibles fósiles para la generación de
energía, tanto para la industria como para el transporte, lo que conlleva la
emisión a la atmósfera de diferentes gases que participan y favorecen dicho
calentamiento.
Ante este comportamiento, los científicos reclaman a los
líderes políticos que tomen medidas urgentes para reducir las causas del
cambio climático y desarrollar mecanismos para minimizar sus impactos, y que
este tema se incluya en todas las estrategias nacionales e internacionales.
El CEICAG advierte también que el cambio climático puede
producir cambios estructurales en todos los ámbitos.
Citan entre éstos el político (relaciones norte-sur), el
económico (mercados de emisiones o inclusión de costos ambientales), o el
social, tanto en lo que afecta a formas de vida por la utilización de otras
energías sin origen fósil, como al aumento de las migraciones.
Para España, los modelos de previsión más extremos indican
que el clima venidero se volverá más cálido y las precipitaciones serán cada
vez más irregulares, y que esos cambios lo que alterarán la fenología y las
interacciones entre especies, favorecerán la expansión de plagas y
enfermedades, y aumentarán el impacto de las perturbaciones, tanto naturales
como de origen antrópico.
También causarán una disminución en los aportes hídricos,
y un aumento en la demanda de agua, según este grupo de científicos, que ha
advertido que las consecuencias económicas y sociales de esos cambios pueden
llegar a ser relevantes.
Para abordar esos desafíos, el Comité Español de
Investigación del Cambio Global (CEICAG) se propone una movilización
multidisciplinar de la comunidad científica española, y ha hecho un
llamamiento en este sentido a toda la comunidad científica española para que
contribuya a cuantificar los efectos medioambientales de los cambios que se
están produciendo y a sensibilizar a la sociedad.