La fuerte tormenta de arena que ha asolado durante las últimas semanas el noroeste de China, llegó en la noche de ayer a Pekín, ciudad que registra vientos de hasta 100 kilómetros por hora y se encuentra cubierta por una densa nube de arena y polvo. Las autoridades han recomendado a los pequineses que no abandonen sus hogares ante los altos niveles de contaminación del aire.
Las fotografías divulgadas por los medios estatales muestran una nube amarillenta sobre el cielo de la capital china. A las 09.00 horas de este sábado, se había registrado una densidad de hasta 1.500 miligramos de arena por metro cúbico de aire, según la Oficina de Protección de Protección Ambiental de Pekín.
El polvo y la suciedad cubren desde esta mañana las calles, los vehículos y las fachadas de la capital china. "Me quedé asombrado al ver que el suelo se había vuelto amarillo esta noche", relataba un comerciante pequinés a la agencia Xinhua.
La Oficina de Protección Ambiental de Pekín alertó anoche de que la tormenta de arena se aproximaba hacia la capital y recomendó a los ciudadanos que no salieran de sus hogares debido a que los niveles de contaminación registrados son nocivos para la salud humana.
El nivel de calidad del aire ha sido establecido en un poco usual nivel 5, lo que indica que los niveles de contaminación son peligrosos. El viento ha sacudido con fuerza varios barrios de Pekín, añade Xinhua.
La tormenta ya había efectuado su paso el viernes por las provincias de Gansu y Qinghai, en el noroeste del país; así como por la región autónoma uigur de Xinjiang, la región autónoma hui de Ningxia y el interior de Mongolia.
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