El conflicto es por la instalación de dos plantas de celulosa por parte de las empresas española ENCE y la finlandesa Botnia en tierras uruguayas. Las comunidades de Gualeguaychú y Fray Bentos se han venido movilizando con fuerza en rechazo del proyecto.
31/07/2005
El proyecto uruguayo de construir dos plantas de celulosa en las costas de Fray Bentos, sin evaluar con Argentina el daño ambiental que ocasionaría esa industria de alto riesgo en la vecina ciudad entrerriana de Gualeguaychú y en la región, llevó la relación entre los dos países a un punto límite en las últimas semanas.
La tensión diplomática escaló con la respuesta del canciller uruguayo Reinaldo Gargano, quien sostuvo que la construcción de las plantas "es una decisión ya tomada". Como parte de la escalada, Argentina hizo un pedido al Banco Mundial, por el cual logró bloquear la financiación del emprendimiento, por 1.800 millones de dólares.
El conflicto es por la instalación de dos plantas, separadas 4 kilómetros una de otra, por parte de las empresas española ENCE y la finlandesa Botnia. Las comunidades de Gualeguaychú y Fray Bentos se han venido movilizando con fuerza en rechazo del proyecto, considerado altamente contaminante. El 30 de abril, 40 mil argentinos y uruguayos cortaron el puente internacional que une ambas ciudades.
Entre las consecuencias, se menciona la lluvia ácida y la emanación de gases y azufre con olores nauseabundos. Los expertos recuerdan la reciente contaminación por una planta de celulosa en Valdivia, Chile, que acabó con una colonia de cisnes y fue cerrada.
El Grupo Botnia de Finlandia está construyendo una inmensa fábrica de celulosa a 4 kilómetros de la ciudad de Fray Bentos. Producirá al año 1.000.000 de toneladas de celulosa, que exportará a Europa, China y EE.UU.
Además, este monstruo sacará cada día 86 millones de litros de agua del río Uruguay y un 80% de este volumen lo volcará de nuevo al río pero ahora a elevada temperatura y con una carga de contaminantes diversos que afectarán mortalmente la biología del río y el conjunto del ecosistema, las usinas potabilizadoras de agua para consumo humano y los usos diversos del recurso para las poblaciones asentadas en las márgenes del río
Se calcula que Botnia verterá sobre las aguas 200 toneladas anuales de nitrógeno y 20 toneladas de fósforo. Por si esto fuera poco, la planta enviará diariamente a la atmósfera, según las propias cifras de la empresa, 14 millones de metros cúbicos de gases promotores del efecto invernadero.
Así las cosas, la pelea entre ambos países continúa. Ahora, Uruguay y Argentina acordaron que trabajará una comisión binacional para estudiar el impacto de las papeleras. Sin embargo, desde el gobierno de Tabaré Vázquez juran que seguirán adelante con la construcción de las plantas.
Fuente: Terra Actualidad
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