La elevada concentración de coches en Baleares ha disparado en los últimos años las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, según un informe del Ministerio de Medio Ambiente.

Según el informe, recogido por la revista de divulgación científica World Watch, las emisiones de gases contaminantes han aumentado un 62% en los últimos quince años cuando a nivel nacional el aumento fue del 52%. El aumento de la emisión de gases achacable a los vehículos ha sido tres veces más de lo aconsejado por el Protocolo de Kioto.

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Las emisiones de Baleares representan el 2,16% del total de España. La población del archipiélago representa el 2,23% del censo nacional y el PIB, el 2,5%. A estos datos se añade la casi inexistencia de industrias en las Baleares con lo que el aumento de la contaminación hay que achacarlo en primer lugar a las emisiones relacionadas con el transporte público. El progresivo aumento del número de vehículos es la primera causa del incremento de las emisiones si bien actualmente el principal emisor de gases de efecto invernadero sigue siendo la central térmica de Es Murterar.

El 51% de las emisiones de gases contaminantes en las Islas se debe a la producción de energía eléctrica y el 32% al transporte público. La emisión de gases de efecto invernadero producido por las industrias representa el 8% y otro 2% hay que achacarlo a la eliminación de residuos. Este 2% es la contaminación que produce la planta incineradora de Son Reus.

En las Islas, el sector energético y el transporte representan el 90% de las emisiones de gases contaminantes. Las relacionadas con el transporte han aumentado un 51% desde el año 90 y hasta 2005. La cementera de Lloseta emitió el pasado año 470.160 toneladas de CO2, el 4,9%. En el sector industrial las empresas contaminantes son principalmente las fábricas de ladrillos y los tejares que emitieron 71.000 toneladas.

Los efectos

Pese al aumento de la emisión de gases en los últimos quince años, la media por habitante es aun inferior a la media española. El número total de toneladas de CO2 emitido en Baleares durante el año 2005 fue de 10 millones mientras que en el conjunto de España fue de 440 millones. Relacionando las cifras anteriores con el censo de las Islas, la emisión por habitante de CO2 es de 9,7 toneladas frente a la media española de 10,3 toneladas.

A nivel mundial, en los dos últimos siglos la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha pasado de 280 a 379 partes por millón. La quema de combustibles fósiles y la deforestación hará que en 2010 las concentraciones vayan de 540 a 970 partes por millón. El Govern, consciente de la incidencia de la contaminación que produce en las Islas la producción de energía y el transporte, creó el pasado año la Oficina del Cambio Climático con el fin de controlar las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera y supervisar que Baleares cumpla con las exigencia del Protocolo de Kioto.

Baleares necesita reducir 2,1 millones de toneladas de CO2 para cumplir con las exigencias del Protocolo de Kioto. Las 10 toneladas de dióxido de carbono que ahora se lanzan a la atmósfera deberán reducirse a 8, un 20% menos.

Una de las grandes bazas del Govern para conseguir la reducción de las emisiones contaminantes es el Plan Sectorial Energético donde se prevé reducir en 1,3 toneladas las emisiones de CO2. Las restantes 0,8 toneladas que necesariamente hay que menguar para ajustarse al Protocolo de Kioto se pretenden conseguir con la promoción de medidas de eficiencia energética entre la población.

Si nos atenemos al último quinquenio, la emisión de gases de efecto invernadero ha aumentado en España un 3,2% desde 2001, una de las tasas más altas de Europa junto a Portugal e Irlanda y justo al contrario que Luxemburgo, que ha logrado reducirla en un 44%. Como ya se ha adelantado, las Islas están aún por debajo de las emisiones de España pero se encuentran muy por encima de la media europea.

Los efectos del cambio climático en Baleares ya son notables y entre ellos el aumento de la temperatura media, que ha subido 6 grados en los últimos 100 años. Al hacer más calor también se consume más energía eléctrica en sistemas de refrigeración y en consecuencia aumentan las emisiones de gases del efecto invernadero.

El meteorólogo y profesor de la Universidad de les Illes Balears, Víctor Homar, explicaba recientemente a este medio que en el peor de los escenarios posibles, si no se reducen a nivel mundial las emisiones de gases, la temperatura media de Baleares subirá otros 6 ó 7 grados en los próximos 100 años con lo que los veranos del futuro pueden ser todavía mucho más cálidos que el sufrido en 2003. El cambio climático también tendrá sus efectos en las precipitaciones: habrá más lluvias torrenciales y menos chirimiri. Otro de los efectos que evidencia el cambio climático, según Víctor Homar, es que los últimos 20 años muestran un aumento de temperaturas que no se había observado nunca.

Afirma Homar que «en 2.000 años se han dado grandes cambios pero nunca en un espacio de tiempo tan corto como 20 años». Por otra parte Homar explicaba que el segundo gran indicio del cambio climático es el que ofrecen los modelos de ordenador. «Si a lo modelos de simulación del clima le ponemos los datos de 1900 el ordenador nos reproduce muy bien la temperatura hasta el año 1960 pero a partir de allí la temperatura se va hacia arriba cuando nuestro modelo se queda casi igual. Si añades el factor de la emisión de gases, el modelo ya cuadra con el aumento de las temperaturas. Esto no demuestra nada porque es una simulación matemática pero nos da indicios casi incontestables de que el hombre está influyendo en el cambio climático».

Por su parte, José Santamarta, director de la edición española de la revista World Watch afirma que en Baleares las emisiones han crecido más que en las mayoría de las regiones por el alto nivel de desarrollo de las Islas. Añade que el cambio climático es un fenómeno especialmente grave en una comunidad tan dependiente del turismo de sol y playa.

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Fuente: El Mundo

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