Domingo Jiménez Beltrán ha sido durante una década el primer director de la Agencia Europea del Medio Ambiente y el pasado año puso en marcha el Observatorio de la Sostenibilidad de España (OSE), una asesoría del Gobierno en materia de desarrollo sostenible del que este zaragozano es actualmente coordinador.
Noticias Troposfera.org
02/05/2006 Jiménez Beltrán, una de las mentes más lúcidas sobre la ecología y la economía de nuestro país, destaca lo insostenible del desarrollo económico español y advierte de que si no se produce un giro histórico de nuestras estructuras, nuestro ritmo de crecimiento desembocará en una crisis ecológica, económica y social de dimensiones imprevisibles.
Publicidad
A los pocos meses de constituirse el OSE presentó ya un informe anual. ¿Qué decía, a grandes rasgos?
Ofrecía 56 indicadores que, no sorpresivamente, confirmaban la insostenibilidad del proceso de desarrollo español, y no sólo ambiental, sino también económica y social. Éste y otros estudios nos muestran que debemos fijarnos no en emisiones de efecto invernadero o en contaminación atmosférica, sino en una ineficiencia económica que se traduce en problemas ambientales.
¿Qué le pasa a la economía española y en qué se traduce esta ineficiencia?
Tenemos un desarrollo muy inmaduro, de corto recorrido, basado en la construcción y el consumo. Somos uno de los países de la UE que más riqueza ha generado en términos de Producto Interior Bruto (PIB) en los últimos años, pero la riqueza se distribuye mal y se usa peor porque se está utilizando para generar activos económicos inmovilizados como la construcción, y eso es otro síntoma económico grave. Somos el país con más viviendas por 1.000
habitantes. Aquí se construyen 800.000 viviendas al año, más que en Gran Bretaña, Alemania y Francia juntos. Y, sin embargo, somos el país donde los jóvenes tienen más dificultad para encontrar una vivienda. Por tanto, podemos decir que España es donde más vivienda ociosa y vacía hay. Imaginemos 800.000 viviendas ineficientes que se construyen cada año, a 100.000 euros cada una. Son 80.000 millones de euros que estamos dilapidando, casi el 10%
del PIB. Y luego nos las vemos y nos las deseamos para aumentar el 1% del PIB que destinamos a I+D.
La construcción es un problema ambiental y económico relevante...
Tenemos un turismo que crece pero que cada vez gasta menos porque viene ya a sus casas (segundas casas) y pagan muy pocos impuestos por esa segunda residencia. Aunque es una medida políticamente incorrecta, hay que crear un impuesto sobre la segunda residencia. Este mercado tiene unas dimensiones brutales. En Valencia, por ejemplo, alcanza el 50% de todo lo que se construye y, en toda España, hemos aumentado en los últimos 10 años la
superficie urbanizada un 25% sobre lo que se había urbanizado en todos los siglos anteriores. El primer kilómetro de costa en algunas provincias, como Málaga, está urbanizado un 50%. Los ayuntamientos, sobre todo en la costa, tienen la venta de suelo para urbanizar casi como única fuente de ingresos. Que sean los ayuntamientos los que tienen la competencia urbanística ha sido un error brutal. En algunos casos de abusos urbanísticos se debería
plantear una devolución de las competencias en materia de suelo a la comunidad autónoma, pero en otros casos incluso al Estado porque la planificación económica es competencia del Estado y hoy la urbanización distorsiona toda la planificación económica.
El informe también destacaba la ineficiencia del sistema energético español.
Somos uno de los países más ineficientes energéticamente. Estamos un 17% por encima de la media europea en cuanto a uso de energía por unidad de PIB. Eso significa 600 millones de barriles de petróleo al año más de lo que deberíamos usar si siguiéramos la media comunitaria. Y lo peor de todo es que nuestra ineficiencia energética sigue aumentando, somos uno de los cuatro países en que el incremento del consumo energéticoes superior al
incremento del PIB. Somos uno de los países que más se distancia del compromiso de Kyoto.
Y cuando esto se le cuenta al ministro de Economía, ¿qué es lo que él dice?
Todo el mundo reconoce que estamos ante un desarrollo de corto recorrido. Pero muchas de las medidas que hay que tomar son cambios importantes en los modelos de producción y de consumo y son difíciles de adoptar desde el estamento político porque se consideran políticamente incorrectos. La sociedad no digiere bien, por ejemplo, un aumento de la fiscalidad de la electricidad o de los carburantes aunque sea para pagar los costes reales de la
energía o del transporte privado (como la contaminación). Los que vamos en coche estamos subvencionados por la sociedad en general y los que vamos en autobús estamos financiando al que va en coche. Esto sólo puede cambiarse con una nueva fiscalidad que grave lo que se quiere desincentivar (el incremento de la demanda eléctrica, por ejemplo, que crece más que el PIB) y que desgrave lo que se quiere incentivar (la ecoeficiencia). Ante esto, todo
el mundo está de acuerdo, ningún ministro, ni siquiera el de Economía, puede cuestionar que este modelo de desarrollo no se puede mantener.
Diríase que en la economía española todo se hace mal. ¿Es así?
España tiene un potencial increíble en muchas cosas. Por ejemplo, cuando hemos apostado por la energía eólica, resulta que hemos acabado siendo, y somos, líderes mundiales. Una empresa española acaba de inaugurar en EEUU una planta de energía solar térmica de concentración. Las empresas españolas están vendiendo fábricas de bioetanol en Norteamérica o desaladoras en EEUU, Reino Unido o norte de África. Hay que innovar en esta la línea.
Sin embargo, el Plan de Fomento de las Energías Renovables del Gobierno tiene unos objetivos muy modestos.
Yo creo que en política hidráulica lo más importante era tener una política, y ya la tenemos. Sin embargo, hay otra política básica, como es la energética, donde no hay política, y se puede decir bien alto; no hay ni siquiera una planificación indicativa. El gran déficit en política energética no es el apoyo o no a las energías renovables, que puede mejorarse, sino la falta de una planificación indicativa y de un ataque a la demanda.
Cualquier país tiene una política energética de medio y largo plazo, nosotros, no. Tenemos casi un 80% de dependencia energética del exterior y, por tanto, somos una economía muy vulnerable energéticamente. Debemos reducir incertidumbres como ésta.
El Observatorio de la Sostenibilidad
«El Observatorio de la Sostenibilidad de España es una organización red, es decir, con muy pocas capacidades propias pero que utiliza las capacidades de las universidades, del CSIC y de los centros que generan información para evaluar la situación en materia de desarrollo sostenible. Aunque esté financiado por el Gobierno, el Observatorio es independiente y se ha creado para contrastar el avance o no de los compromisos políticos en
materia de medio ambiente».
¿Les hacen caso en el Gobierno?
«Ya se ha hablado de una reforma fiscal para 2007 para mejorar la eficiencia energética, por ejemplo. También se habla a nivel comunitario de una armonización de los sistemas para promover las renovables y de un impuesto comunitario. El Ministerio de Economía habla de una fiscalidad en materia de energía y de transporte. El problema es que la receptividad de la sociedad española en estos temas es muy baja, y es la sociedad española
quien tiene que decir al estamento político lo que quiere».
Autor: Rafael Carrasco
Fuente: Integral
Troposfera.org declina cualquier responsabilidad sobre el contenido de las noticias que reproduce de otras fuentes, las cuales, por supuesto, son siempre citadas. No obstante, todo comentario que se quiera hacer llegar sobre las mismas, es siempre bien recibido.
TROPOSFERA ofrece desde 2010 una consultoría integral de medio ambiente.