La concentración promedio de PM 2,5, las pequeñas partículas suspendidas en el aire más dañinas para la salud, se situó en 34 microgramos por metro cúbico, detalló el departamento .

Este es el nivel mensual más bajo desde 2013, cuando Beijing comenzó a publicar sus datos de calidad del aire. El mínimo mensual anterior se logró en agosto de 2017, cuando el valor de PM 2,5 se situó en 38 microgramos por metro cúbico.

Los niveles cayeron en los 16 distritos de la capital entre el 51 por ciento y el 74 por ciento interanual.

La ausencia de esmog fue notable en veinticinco días del mes, el 80,6 por ciento, en los que el índice de calidad del aire (AQI, según sus siglas en inglés) estuvo por debajo de 100.

Beijing y sus regiones vecinas han tomado medidas drásticas para luchar contra la contaminación del aire, incluidos el cierre de empresas altamente contaminantes, el cambio a energías limpias para la calefacción y el establecimiento de límites a las obras de construcción y la producción industrial en invierno.

Mientras tanto, los frecuentes frentes fríos ayudaron a dispersar la contaminación del aire, añadió la oficina.

La capital china ha intensificado las medidas para mejorar la calidad del aire en los últimos años y ha logrado resultados reseñables.

La densidad promedio de PM 2,5 en Beijing fue de 58 microgramos por metro cúbico el año pasado, lo que cumplió el objetivo establecido por el Consejo de Estado, además de ser un 20,5 por ciento menor que en 2016.

Beijing planea gastar más de 19.000 millones de yuanes (aproximadamente 3.000 millones de dólares) para combatir la contaminación del aire este año.

China se ha fijado el objetivo de reducir el nivel promedio de PM 2,5 en al menos un 15 por ciento en las ciudades de la región Beijing-Tianjin-Hebei entre octubre de 2017 y marzo de 2018 respecto del nivel del año anterior.

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