El Área de Medio Ambiente quiere conocer de cerca y al detalle el impacto de la contaminación atmosférica en la salud de los madrileños. Para ello abrirá varias líneas de investigación destinadas a descubrir los efectos tanto de los agentes químicos como de los biológicos -el polen de gramíneas o las temperaturas extremas- sobre los ingresos hospitalarios en Madrid. Asimismo elaborará un Mapa de Salud Ambiental especialmente dirigido a la calidad el aire.

Enmarcado en la Estrategia Local de Calidad del Aire, el Ayuntamiento va a realizar una serie de estudios con el fin de conocer más a fondo el impacto de la contaminación atmosférica en la salud con datos actualizados tanto de morbilidad como de mortalidad.

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Los responsables de Medio Ambiente se proponen saber más sobre el impacto real de la contaminación, tanto la química como la biológica, en la población de Madrid, sobre todo en los grupos de riesgo como niños, ancianos o personas con patologías respiratorias.

Una de las iniciativas pasa por crear un mapa de salud ambiental dirigido a la calidad del aire, a través de un inventario de criterios ambientales y el análisis de su relación con los efectos nocivos para la salud. El estudio, en el que colaborarán tanto la Dirección General de Sostenibilidad como la Dirección General de Salud Pública tendrá dos líneas de investigación, una a cerca del efecto de la contaminación atmosférica sobre los ingresos hospitalarios y otra en lo relativo a las temperaturas extremas y al polen.

Según se plasma en la Estrategia hay muchos estudios al respecto que, sin embargo, son insuficientes porque se basan en datos muy poco recientes de concetraciones de contaminantes que a penas se presentan en la actualidad, como el dióximo de azufre. Además la ubicación de las estaciones de medición de la capital no cumple los criterios de la ley estatal y, por tanto, los niveles de contaminación que recogen son mucho mayores, lo que hace que los datos sobre morbilidad y mortalidad obtenidos con otras redes no sean extrapolables a Madrid. Dos temas de interés para los responsables del Medio Ambiente son los del polen de las gramíneas y el efecto de las temperaturas extremas. Según señalan "es preciso profundizar en las causas de ingresos por concentraciones de polen", así como "determinar la temperatura umbral a partir de la cual comienzan a afectar los eventos extremos a los diferentes grupos de edad". Se sabe bien el efecto de los extremos térmicos sobre la mortalidad en personas mayores pero no sobre los ingresos hospitalarios, una laguna que Medio ambiente quiere eliminar.

Se propone también recuperar el modelo matemático que se realizó hace unos años para predecir con 48 horas de antelación las concentaciones de polen, un sistema "obsoleto" que se mejorará con la introducción de una variable para las especies polínicas más abundantes en Madrid y que mayor influencia tienen sobre la salud. "Se trataría, en suma, de poder facilitar la misma información sobre la contaminación biológica que en la actualidad se da sobre la contaminación química o acústica". Por último se quieren establecer criterios de salud ambiental en el diseño de las zonas verdes. A la vista de los resultados de los estudios se creará un "observatorio de vigilancia y evaluación de riesgos" con las medidas oportunas para mejorar la salud de los ciudadanos.

Fuente: madridiario.es

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