El secretario general para la Prevención de la Contaminación del Ministerio de Medio Ambiente, Arturo Gonzalo Aizpiri, está satisfecho de que los ayuntamientos al menos anuncien medidas contra la contaminación.
11/02/2006
Gonzalo Aizpiri (Madrid, 1963) doctor en Química, lleva en política desde 1989 y apuesta por "desterrar el coche del centro de las ciudades". Si no, avisa, los problemas de salud pública aumentarán. Gonzalo Aizpiri fue director de la Agencia de Medio Ambiente de Madrid, durante el mandato de Joaquín Leguina.
¿Tan sucio está el aire?
Sí. Es un problema muy grave. Ha habido avances en algunos contaminantes, pero en otros, como las partículas, los óxidos de nitrógeno o el ozono, incumplimos la normativa europea. Y esto ya tiene una incidencia en la salud pública.
¿Qué zonas están peor?
Las grandes ciudades y sus áreas metropolitanas, como Madrid, Barcelona, Bilbao o Sevilla y algunas zonas industriales como Bailén.
¿Qué se puede hacer?
Como ciudadanos, además de exigir que se cumpla la norma, podemos usar el transporte público o caminar en vez de coger el coche en la ciudad. Además debemos usar menos la calefacción, especialmente si son de carbón. Los ayuntamientos deben plantearse el uso del coche. No tiene sentido que el coche ocupe todos los espacios públicos a costa de los ciudadanos y encima sea la principal causa de ruido y contaminación. Hay que desterrarlo y
fomentar el transporte público.
¿Con peaje?
Lo primero es promover el transporte público, dificultar el aparcamiento, fomentar la peatonalización y finalmente dificultar el acceso de los coches. Y si hace falta llegar al peaje, por qué no. No digo que sea la solución para todas las ciudades. Sólo pido que no sea un tabú, que de entrada no se diga que el peaje es malo. En las grandes ciudades europeas hay limitaciones al tráfico desde hace años y no hay ningún problema, ningún
escándalo.
Un peaje discrimina los más pobres.
Hay que compaginar los impuestos progresivos (que pague más el que más tenga) con el principio universalmente asumido de que quien contamina, paga. Eso se puede hacer con un buen transporte público.
¿Qué le parece el plan de Madrid para limitar el acceso al centro tras un año de minimizar los problemas de contaminación?
La situación en Madrid requería medidas urgentes y es evidente que hasta ahora no ha habido grandes avances.
Madrid anuncia restricciones al tráfico en 2008. A la vez reforma la M-30 para que los coches circulen mejor y en la obra tala 20.000 árboles. ¿Es compatible?
El impacto de la M-30 no lo conocemos y nos gustaría conocerlo, pero el Ayuntamiento se ha negado a hacer una declaración de impacto ambiental.
Da la impresión de que nadie hace nada y de que el año que viene tendremos niveles muy altos.
Hay comunidades, como Cataluña, que preparan planes de calidad del aire, ahora lo presenta Madrid; la Junta de Andalucía anunció esta semana un plan para Bailén. Hay avances.
Apunta a los ayuntamientos. ¿El ministerio no va a hacer nada?
Habrá una ley de Calidad del Aire que fijará las competencias y sustituirá a una ley que data de los años 70.
¿Habrá sanciones para los ayuntamientos que incumplan?
En principio, pensamos que la forma de trabajar no debe ser la sanción.
En otros países europeos también hay problemas.
Sí, pero nosotros tenemos problemas añadidos por el clima. En verano tenemos más problemas de ozono por el sol y tenemos llegadas de polvo sahariano. Pero sobre todo, estamos muy retrasados en los problemas de movilidad en la ciudad, en fomentar el transporte público.
Fuente: El País
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