El deshielo provoca cambios bruscos en las corrientes, un proceso que fuerza la migración de poblaciones de peces como la sardina, la anchoa, el bonito o el jurel.

El cambio climático y, como consecuencia de este, el deshielo, están haciendo que en la mar se produzcan cambios muy bruscos que llevan a pensar en que, a no muy largo plazo de tiempo, especies de peces que hoy son de gran interés comercial para la flota española desaparezcan prácticamente de nuestra plataforma e incluso de zonas más o menos próximas a ésta.

Los expertos apuntan a la anchoa, el bonito e incluso el jurel o la sardina. Luis Laria, responsable de la Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma) así lo reconoce cuando señala que la sardina "siendo como es una especie característica del Cantábrico y Galicia, posiblemente dentro de 10 o 15 años habrá que buscarla en otras zonas puesto que las especies procuran la alternativa y esta tiene que estar supeditada al ecosistema en el que habitualmente reside". La sardina del Cantábrico puede trasladarse en los próximos años incluso al mar del Norte.

La modificación de las corrientes marinas originada por los aportes de agua fría procedente del deshielo del Ártico y la Antártida, provocan no sólo la migración de peces sino incluso la mutación de estos: "En aguas del Cantábrico se ven actualmente no sólo peces tropicales, sino incluso especies del mar del Norte", aclara Luis Laria, quien añade: "Estamos encontrando unas circunstancias paradigmáticas que, realmente, considero que es una traslocación total y absoluta motivada por el acceso de corrientes bien sea de agua fría o de agua cálida, que incursan, que llegan a zonas en las que antes no era lógica la presencia de las mismas". "Cuando una especie de peces se traslada en esta corriente, se cree que está en su propio medio y la corriente, sin embargo, puede trasladarse a 2.000 o 3.000 millas manteniendo unos ecosistemas o valores ambientales, térmicos y biológicos similares o idénticos a los que esa especie encontraría en realidad en un sistema totalmente autóctono. Realmente, cuando esa especie se da cuenta de que ha variado notablemente su zona de hábitat natural y se encuentra en un mundo totalmente hostil, diferente, en el cual sobrevive, ya es tarde y se encuentra en latitudes totalmente imprevisibles. La culpa no es de esa especie. Quien realmente la traslada es ese vínculo de transporte que es la corriente", explica Laria. Se trata de corrientes frías que acceden a la zona sur, o corrientes tropicales que incursionan hacia el norte. Las modificaciones que experimentan se atribuyen a las temperaturas de las aguas que son cada vez más altas en el planeta.

Otra circunstancia es el deshielo: las zonas polares pierden cada día millones de metros cúbicos de hielo. Esto hace prever que, a corto plazo, especies autóctonas de Galicia y del Cantábrico se van a encontrar en la necesidad de hallar otras aguas para mantener la temperatura y ecosistemas a los que están habituadas.

Fuente: La Opinión de A Coruña

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