En el año 2006 se pretende instalar dos nuevas estaciones de la red de monitoreo atmosférico de la zona metropolitana de Guadalajara, en Miravalle y Loma Dorada, además de ampliar la gama de contaminantes analizados hacia metales pesados básicos, al menos en el caso de las estaciones más conflictivas. También se tiene la meta de analizar las partículas suspendidas menores de 2.5 micrómetros, como ya se hace en las ciudades de México y Monterrey.

El director de la red, Ramón Limón Flores, señala que todo esto es intención de la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades), pero está en manos del Congreso hacer la asignación presupuestal oportuna.

Por su parte, el secretario, Ramón González Núñez, refiere que se harán estudios para determinar dónde se instalarían a futuro nuevas estaciones, pero estas no se construirán a menos que se asigne presupuesto para ello, siempre que sean acompañados de recursos para reforzar el sistema existente, que opera apenas con tres personas.

Limón Flores señala que el crecimiento citadino ha dejado descubiertas algunas áreas de la metrópoli, como es el caso de la zona de Zapopan que crece hacia Tesistán y Santa Lucía, toda el área de Tlajomulco que se ha desbordado por el sur, la carretera a Chapala, poblada a ambos lados de asentamientos irregulares, así como Tonalá y su fuerte dinámica poblacional. Esos cuatro espacios demandan igual número de estaciones.

Lo otro es modernizar el sistema, que data de 1993, para incorporar el análisis de partículas suspendidas a 2.5 micrómetros, pues ya está planteado como un indicador básico y se registra en las ciudades de México y Monterrey. Según información de la red de monitoreo atmosférico de la ciudad de México, “las partículas suspendidas menores de 2.5 micrómetros o PM2.5 es un contaminantes del aire constituido por material sólido o líquido con diámetro menor de 2.5 milésimas de milímetro […] son tan pequeñas que resultan invisibles a simple vista; sin embargo, son capaces de dispersar la luz y disminuyen la visibilidad a distancia; permanecen en la atmósfera por largo tiempo y recorren grandes distancias antes de ser removidas. A las PM2.5 se les conoce también como partículas finas en suspensión”.

Algunas PM2.5 se emiten directamente a la atmósfera, “como son las provenientes de la combustión de vehículos diesel y de gasolina. Las PM2.5 se forman también a partir de reacciones químicas de gases emitidos a la atmósfera formando aerosoles de nitratos y sulfatos y de compuestos orgánicos. En menor proporción contribuyen las fuentes geológicas [suelo] y biológicas [polen]”..

Por ser tan diminutas, “las PM2.5 pueden ingresar y depositarse en las partes del sistema respiratorio más internas, causando serios daños. Estudios recientes en diferentes ciudades del mundo muestran una asociación directa entre el aumento de las concentraciones de PM2.5 y el decremento de la función pulmonar, el incremento de visitas a salas de hospitales, agravamiento de afecciones pulmonares y cardiovasculares preexistentes, y la muerte prematura en personas que padecen esas afecciones”, añade la información contenida en el portal de la Internet.

“Las PM2.5 en la atmósfera contribuyen a la acidificación del agua de lluvia, la cual altera la composición de los suelos y mantos acuíferos, afectando a los organismos vivos que dependen de estos sistemas [...] la disminución de la visibilidad también puede considerarse como un factor de daño al ecosistema”, puntualiza el texto.

Para el director de la red tapatía, el problema ha sido que no se tiene precisado el modo en que se medirá este contaminante ante la ausencia de datos al respecto en la norma oficial respectiva.

Metales pesados

Otro aspecto que se debe incorporar es el análisis de algunos metales pesados. Sin embargo, Limón Flores explica que eso no será general por ahora. Habrá que ver en algunas estaciones donde se conoce que hay condiciones de generación, la presencia de una veintena de elementos que pueden ser peligrosos para la salud. Nuevamente es Miravalle la estación que puntea en ese aspecto.

El director de la red de monitoreo de Guadalajara piensa que este tipo de estudios ya comenzarán a realizarse, específicamente en Miravalle donde se tienen como antecedente una serie de mediciones hechas en 2005, que comprueban la alta exposición de la población de la zona, si se compara al caso de otras estaciones de la ciudad. Se espera que esto sea parte de las medidas de rescate urbano que se asumirán para el sur de la ZMG, que se darán a conocer los días próximos.

Acciones en la red para 2006

• Ampliar la red de monitoreo atmosférico. El crecimiento metropolitano ha dejado rezagada la cobertura del sistema de monitoreo en amplias zonas de la mancha urbana, como sería el norponiente de Zapopan, Tonalá, Tlajomulco y la zona de la carretera a Chapala. Se busca al menos crear dos estaciones nuevas

• Analizar el PM2.5. Se trata de partículas suspendidas “finas” que no son fáciles de detectar y pueden dañar severamente las vías respiratorios y generar males crónicos. Hasta ahora sólo se miden las PM10

• Analizar metales pesados. Ante la demanda social de conocer a lo que se expone a la población en materia de esos tóxicos que se acumulan en el cuerpo y pueden ocasionar daños crónicos severos

 Fuente: Milenio.com

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