La NOAA anunció que su pronóstico para la temporada de tormentas tropicales en 2006, que comienza el 1 de junio, lo adelantará al mes de mayo, para prevenir males mayores.
28/12/2005
La temporada de huracanes del Atlántico rompió en 2005 todos los récords y los pronósticos meteorológicos predicen otra igual o peor para 2006.
El número de tormentas de categoría 4 y 5 se ha casi duplicado en los últimos 35 años, y la tendencia es creciente. Así lo afirma la agencia meteorológica norteamericana NOAA.
Previsiones a partir de mayo
La lista de 26 tormentas tropicales en 2005 incluyó 13 que se transformaron en huracanes de fuerza superior a 3, uno de los cuales, el "Wilma", de categoría 5 (la máxima), fue el más fuerte jamás registrado en la historia de la meteorología, con vientos que llegaron hasta los 340 kilómetros por hora.
En previsión, la NOAA anunció que su pronóstico para la temporada de tormentas tropicales en 2006, que comienza el 1 de junio, lo adelantará al mes de mayo, para que los posibles damnificados tomen las precauciones necesarias.
Peor que 2005
La agencia instó a la población de las zonas que puedan verse afectadas por huracanes a tomar medidas para precaverse, dado que la temporada 2006 puede ser tanto o más fuerte que la de este año.
Konrad C.Lautenbacher, jefe de la NOAA, dijo que le gustaría "predecir que el próximo año será más calmado, pero no puedo. Las tendencias históricas dicen que los registros atmosféricos y las temperaturas del agua probablemente nos dejen caer otra temporada activa", añadió.
Décadas alternantes
El Atlántico Norte, según la NOAA, experimenta décadas alternantes (20 a 30 años o más) de temporadas de huracanes por encima o por debajo de lo normal. Entre 1970 y 1994, se desplegó una época de huracanes por debajo de lo normal.
El incremento de la actividad de huracanes desde 1995 es producto de este modelo y "no está relacionado con el calentamiento del clima por efecto de los gases de efecto invernadero", subrayó la NOAA.
Fase activa
La cuenca del Atlántico, según los meteorólogos norteamericanos, se halla en una fase activa del actual ciclo, en que condiciones óptimas en el océano y la atmósfera, incluyendo temperaturas superficiales superiores al promedio y abundancia de vientos bajos, incrementan la actividad de los huracanes.
Desde 2002, el sur de Estados Unidos ha sufrido por temporada un promedio de siete tormentas o huracanes tierra adentro, y se espera que continúe así.
Fuente: El Semanal Digital
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