Connie Hedegaard se encuentra de visita en China esta semana para unas conversaciones de dos días antes de una reunión de la ONU en junio en Bonn, donde negociadores de más de 190 países seguirán intentando acordar un nuevo tratado internacional sobre el clima.

Hedegaard se mostró impresionada por las medidas que China, el mayor país emisor del mundo, adopta internamente para reducir las emisiones que alteran el clima, pero instó a Pekín a adoptar la misma estrategia en las conversaciones de la ONU.

"Espero que este fuerte enfoque doméstico se pueda traducir en una fuerte posición a nivel internacional, porque eso supondría un elemento de cambio en las negociaciones internacionales", dijo Hedegaard a Reuters en una entrevista.

China se ha comprometido a reducir antes de 2020 sus emisiones de gases de efecto invernadero por unidad de PIB en un 40 a 45 por ciento desde los niveles de 2005.

En sus esfuerzos para alcanzar el objetivo, ha puesto en marcha seis mercados domésticos de comercio de carbono e inyectado miles de millones de dólares en energías renovables y nuclear, así como en proyectos de eficiencia energética.

Pero Pekín es reacio a convertir estas metas en objetivos internacionalmente vinculantes. Otros grandes emisores como Estados Unidos, Japón y Canadá dicen que no aceptarán objetivos vinculantes si China no lo hace.

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