Ante los rumores de cierre de la central, el sindicato insistió en que en la actualidad «existen tecnologías para cumplir la normativa europea de emisiones industriales (DEI) para el 2020 con inversiones razonables» y en la central de Compostilla II «se han realizado ensayos de viabilidad obteniendo unos resultados más que positivos» con tasas de emisión de óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre por debajo del límite permitido. Además, «la inversión necesaria para aplicar las tecnologías ensayadas, alternativas a la desnitrificación de gases convencional, sería de muchísima menor cuantía que la prevista para la construcción de las plantas de desnitrificación clásicas, cuyo coste rondaría los 100 millones de euros». Comisiones Obreras entiende que «sólo es necesario que los políticos cumplan lo prometido en el Plan del Carbón en cuanto a ayudas ya anunciadas para la desnitrificación» para que la viabilidad de las térmicas de carbón nacional y de las comarcas que dependen de la minería no esté «en jaque como lo están ahora». Incluso no sería necesario esperar al año 2020 para adaptarse a los límites de emisión de la DEI.
Comisiones Obreras pidió «no dejar escapar la gran oportunidad de desarrollar una segunda generación de tecnologías de captura de CO2» en la Ciuden «para su aplicación inmediata a las centrales, lo que atajaría el principal problema de la combustión del carbón. «Nadie discutiría la extensión de vida de los tres grupos que aún permanecen operativos en Compostilla». Así, se lograría convertir a la central berciana «en el buque insignia europeo de la combustión limpia del carbón». El sindicato entiende que «cualquier gobierno que defienda realmente el carbón autóctono debería legislar para promover el uso del carbón nacional» con el incentivo a la inversión mediambiental y al desarrollo de las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2.
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