Lo cierto es que, más allá de estos datos, fueron muchos los sevillanos que a través de las redes sociales comenzaron a alertar de la existencia de esta boina sobre el cielo de Sevilla desde primeras horas de la mañana de ayer. Una nube de color oscuro, aparentemente de gran espesor, que era especialmente visible desde la zona del Aljarafe y la Isla de la Cartuja y que a simple vista cubría todo el cielo de la ciudad.
Un fenómeno muy habitual en grandes ciudades como Madrid o Barcelona y que suele estar vinculado a importantes niveles de polución en el ambiente. No ha sido este el caso de Sevilla, tal y como advirtieron desde la delegación de Medio Ambiente. Fuentes consultadas por EL CORREO DE ANDALUCÍA aseguraron que las diferentes cabinas de medición de la calidad del aire mostraban niveles habituales a los de los días anteriores, por lo que descartaron que se tratase de una nube con altos índices de contaminación.
Por su parte, la Agencia Estatal de Meteorología también ha descartado que esta nube de color oscuro sea consecuencia del algún tipo de fenómeno meteorológico como por ejemplo la “inversión térmica”. Un escenario que suele darse cuando en una situación atmosférica estable concurren varios factores como las bajas temperaturas, la escasez de lluvia y viento y la acumulación de partículas en suspensión, y que suele provocar una boina de contaminación visualmente similar a lo ocurrido esta mañana en Sevilla. “No es la situación de ahora. Ha habido rachas de viento y para esta noche se espera la entrada de un frente”, aseguraba el portavoz adjunto de la Aemet en Andalucía, José María Sánchez.
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