En septiembre del año pasado, después de una investigación hecha por reguladores estadounidenses, Volkswagen admitió haber instalado un artefacto capaz de evadir los controles de emisiones de dióxido de carbono y óxidos de nitrógeno en 11 millones de vehículos en todo el mundo.
La demanda presentada por el gobierno de Washington alega que VW "violó" las leyes de aire limpio al vender autos con un diseño diferente al permitido por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA, por sus siglas en inglés), por lo que la compañía podría enfrentar multas potenciales de por lo menos US$18.000 millones.
La demanda alega que cerca de 600.000 vehículos con motor diésel tenían artefactos ilegales que afectaban los sistemas de control de emisiones y permitían que estos excedan los estándares de la EPA, "causando una peligrosa contaminación del aire".
"Con la presentación de la demanda, damos un importante paso para proteger la salud pública, al buscar hacer responsable a Volkswagen por cualquier contaminación ilegal del aire", dijo la representante de la EPA, Cynthia Giles.
El Departamento de Justicia de EE.UU. señaló que la presentación de la demanda es solo el primer paso para "llevar a Volkswagen ante la justicia".
Grave error
Los ejecutivos de la marca de autos alemana también están enfrentando cargos criminales por separado y una serie de demandas presentadas por los dueños de la compañía.
La automotriz admitió haberse equivocado y desde entonces ha sufrido cambios profundos en su estructura administrativa y de personal.
Pronto empezará a retirar del mercado millones de carros en todo el mundo y ha destinado unos US$7.200 millones para cubrir los costos.
Esta medida causó que en octubre la compañía reportara sus primeras pérdidas en 15 años.
Con las demandas amontonándose, los expertos creen que los costos finales van a ser mucho más altos.
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