Categories: Noticias Ambientales
      Date: ene 26, 2006
     Title: Cómo convertir la chimenea de una central térmica en arte expresionista

Ataúlfo Valdés está demostrando tener imaginación de sobra. El repostero se ha empeñado en pintar la chimenea de la central térmica de Soto de Ribera.

Lo que comenzó como una broma compartida con su esposa ha ido adquiriendo consistencia, hasta acabar convertida en un proyecto en firme.

El repostero ovetense cuenta que, desde hace años, cada vez que pasa por la carretera y ve la central de Soto de Ribera le llama la atención el aspecto descuidado de la chimenea: «Siempre le digo a mi mujer: "¡Pues hay que pintar esa chimenea!"», y él asegura estar dispuesto a subirse al andamio. Nada se lo impide, dice: tiene tiempo libre, no sufre de vértigo y en su juventud trabajó en la construcción. Eso sí, él pone el trabajo, pero necesita que otros den los permisos y contribuyan a la materialización de esta iniciativa aportando materiales o financiación: pinturas, andamios, rodillos...

La idea de Ataúlfo Valdés sirvió de tema de conversación en tertulias de amigos y a uno de ellos, el pintor Manolo Linares, el confitero le propuso realizar un boceto previo para decorar la chimenea. El artista le dio su apoyo sin pensárselo dos veces. «Es una idea espléndida», opina. Él defiende la recuperación de los vestigios de la época industrial y su incorporación al patrimonio regional, como un atractivo cultural y turístico.

Para la chimenea de la central térmica, Linares ha pensado en una decoración mural, «un juego de espacios y colores, vinculados al entorno -verdes, grises o blancos- o contrastados -anaranjados-, y tal vez algo alegórico, relacionado con la actividad industrial o alguna tradición perdida de esa zona». El estilo está por decidir, y en principio sería expresionista o abstracto.

Antes, explica el pintor, habrá que tomar medidas, calibrar las dimensiones de la estructura y, con ellas sobre la mesa, sopesar qué solución es la más adecuada estéticamente.

A Manolo Linares le gustaría conseguir en Soto de Ribera un efecto similar al de los cubos de Ibarrola. «Han supuesto una importante proyección y promoción para Llanes», reconoce, y recuerda que ya cuenta con cierta experiencia en ese tipo de obras, aunque se remonta a muchos años atrás, a sus comienzos, cuando pintaba tapias en los barrios de Madrid.

Linares se ha rendido a la idea de Ataúlfo Valdés y apuesta por recuperar con humor y, en cierto modo, «disfrazándolos» los restos del pasado industrial que han dejado de utilizarse: «Bastante sufrimos ya con la depresión industrial, es hora de recuperar esos símbolos decadentes poniendo algo de alegría. Son cosas que no podemos esconder debajo de la alfombra, así que mejor les sacamos partido».

Aún no han formulado su propuesta a la compañía propietaria de la central térmica, Hidrocantábrico, pero Ataúlfo Valdés asegura que si el proyecto sale adelante y consiguen los permisos necesarios, él no se echará atrás: mantendrá su palabra y se subirá al andamio a pintar.

 Fuente: La Nueva España

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