El conseller de Trabajo e Industria de la Generalitat, Josep Maria Rañé, acusó esta semana a las empresas propietarias de la central nuclear de Vandellós II, las compañías eléctricas Endesa e Iberdrola, de "primar la producción sobre la seguridad", de "omitir la ejecución de recomendaciones" de mantenimiento y de incurrir en "deficiencias importantes en la cultura de la seguridad".
05/11/2005
Rañé compareció hoy ante la comisión de Industria y Energía del Parlament para analizar el incidente ocurrido en Vandellòs II el 25 de agosto de 2004, debido a la corrosión detectada en los accesos a uno de los sistemas de agua de servicios esenciales.
Además del propio diseño de este circuito de agua, que en algunos aspectos podía acelerar la corrosión en un ambiente húmedo, el conseller apuntó como causas del incidente la "incorrecta ejecución del mantenimiento" de las cañerías de este sistema de refrigeración, la "falta de control de las recomendaciones y acciones a emprender como resultado de las inspecciones periódicas" y "deficiencias importantes de la cultura de la seguridad del
equipo de la central".
Rañé denunció asimismo los "problemas organizativos" del personal de la central que habrían agravado la gestión del incidente, por la "imprecisión en la asignación de las funciones" de la plantilla, la "omisión de actuaciones previstas para identificar situaciones de no conformidad" y la "omisión de la ejecución de recomendaciones" de mantenimiento.
A estas circunstancias se añadió una "primacía de la producción sobre la seguridad" por parte de Endesa e Iberdrola y una "falta de transparencia" en su comunicación con el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), el único organismo con competencias para supervisar este tipo de infraestructuras.
El conseller señaló asimismo que "los márgenes de seguridad con los que operó la central desde su puesta en marcha el día 29 de agosto" de 2004, cuatro días después del incidente, "hasta la instalación, el 20 de octubre, de los refuerzos" en el sistema de refrigeración afectado, "estuvieron por debajo de los exigidos".
PÉRDIDA DE CREDIBILIDAD DEL CSN.
Al margen de los "problemas" detectados en la forma de funcionar de los titulares de Vandellòs II, Rañé señaló también una lista de déficits en el CSN, como los "procedimientos insuficientes para controlar al titular" de una central nuclear, las propias "discrepancias" internas en el pleno del organismo, el "procedimiento de evaluación de los incidentes" y el hecho de que el inspector delegado del Consejo esté incluido en la propia estructura
de la central.
Todo ello ha conducido, añadió, a una "pérdida de credibilidad y confianza de la ciudadanía en el CSN", que "ha gestionado fatal" el episodio.
Aunque aseguró que la información recibida por la Generalitat desde el CSN fue "permanente, constante y al día", Rañé apostó por reformar este organismo para "incrementar la colaboración con las comunidades autónomas" que acogen nucleares. Por ello, ha solicitado formar parte de los diversos comités de información de las centrales de Ascó y de Vandellòs II.
FALTA DE INFORMACIÓN.
Desde CiU, Oriol Pujol echó en cara a Rañé que "tenemos la sensación de que no ha hecho nada en el terreno de la información" a los ayuntamientos afectados, al tiempo que le instó a sumarse a las propuestas de reforma del CSN presentadas en el Congreso por IU, ICV y su propia formación.
Por su parte, el diputado del PP Santiago Rodríguez consideró que la actuación del CSN se vio condicionada por las "luchas políticas" derivadas de la existencia de una presidenta nombrada por el PP y por la intención de "desprestigio por parte de los que buscan el cierre de las nucleares cuanto antes mejor".
CONOCIDO DESDE 1993.
El problema de corrosión se produjo en uno de los accesos utilizados por los trabajadores para acceder a las cañería de uno de los circuitos del sistema de agua de servicios esenciales. Este sistema no tiene contacto con el núcleo del reactor ni con ningún elemento radiactivo, sino que capta agua del mar.
La corrosión fue detectada ya en 1993, en las inspecciones realizadas por una empresa contratada por la central nuclear, y en 1999 y 2000 se constató que se había extendido. A pesar de que se recomendó efectuar mediciones del estado de estos accesos a las cañerías, los titulares de la central no lo hicieron. El 25 de agosto de 2004, un aumento de la presión provocó la rotura de una parte de uno de estos accesos a las cañerías.
Aunque en un primer momento el CSN calificó el suceso como nivel 0 --sin trascendencia--, posteriormente lo elevó a nivel 1 -anomalía-- y luego a nivel 2 --incidente--. El reactor permaneció parado entre el 25 y el 29 de agosto y, de nuevo, entre el 19 de marzo y el 3 de septiembre, tiempo que se aprovechó para efectuar obras de mejora según un plan de acción supervisado por el CSN. En este lapso de tiempo, se relevó a gran parte del equipo
directivo de la central.
Fuente: Finanzas.com
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