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ago 18, 2005

Estados Unidos torpedea Protocolo de Kioto


La creación de la Sociedad Asia-Pacífico para el Desarrollo no Contaminante y el Clima, anunciada por Estados Unidos y Australia en la reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático efectuada en Laos, introduce otra interrogante en los esfuerzos por reducir la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, que causan el efecto invernadero y el cambio climático.

18/08/2005

La iniciativa que auspician los gobiernos estadounidense y australiano apuesta por el desarrollo de nuevas tecnologías y la inversión, en lugar del sistema de multas, imposiciones y compromisos que establece el Protocolo de Kioto del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.


Robert Zoellick, subsecretario de Estado norteamericano, expresó en la conferencia anual sobre seguridad de la región Asia-Pacífico que veía a la nueva asociación como un complemento y no como una alternativa al Protocolo de Kioto.


En estos momentos, Estados Unidos, país emisor de la cuarta parte de los gases invernaderos que se producen en el mundo, y Australia se niegan a rubricar ese protocolo manifestando que las acciones de éste perjudican a sus economías, pues incrementan el precio de la energía.

 
Ambos países indicaron que su iniciativa promueve la reducción de la emisión de los gases contaminantes de forma voluntaria y de acuerdo al desarrollo y las necesidades económicas de cada estado signatario.


Otro punto de partida de esa asociación, que aún carece de informe final, es la ausencia de imposiciones o plazos para recortar las emisiones por país, asunto que si propugna el Protocolo de Kioto.


Las seis naciones asociadas hasta ahora al acuerdo, Estados Unidos, Australia, Corea del Sur, Japón, China y la India, dijeron que la finalidad de ese grupo es satisfacer las necesidades de energía y al mismo tiempo reducir la contaminación ambiental y afrontar el calentamiento climático del planeta.
No obstante, expertos señalaron que el pacto está diseñado para garantizar a las compañías estadounidenses y australianas de energías renovables el acceso a los mercados de Asia.


Por su parte, Klaus Toepfer, Director Ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), acogió el plan de Estados Unidos y Australia pero advirtió que la nueva iniciativa no puede sustituir el Protocolo de Kioto.


Según Toepfer, las economías de desarrollo rápido, como China y la India, necesitan tecnologías energéticas más eficientes para sacar a sus poblaciones de la pobreza sin comprometer al medio ambiente o desestabilizar la economía global.

 
Asimismo, algunos analistas dijeron que el nuevo pacto, carente de objetivos y obligaciones firmes para disminuir la contaminación, podría socavar el acuerdo de Kioto, un compromiso avalado por 152 naciones y en vigencia desde el 16 de febrero pasado cuando fue ratificado por Rusia.
El Protocolo de Kioto del Convenio Marco de la ONU sobre Cambio Climático es un acuerdo jurídicamente vinculante que busca reducir en un 5,2 por ciento la emisión de los gases anhídrido carbónico, dióxido de carbono, metano, perfluorocarbono, hidrofluorocarbono, óxido nitroso y hexafluoruro sulfúrico, que contaminan la atmósfera y causan el efecto invernadero, aumentan la temperatura y destruyen la capa de ozono del planeta.


Las disposiciones del referido protocolo significan que Estados Unidos debe reducir en un siete por ciento sus emisiones de gases contaminantes, especialmente de dióxido de carbono.


Pero el presidente estadounidense, George W. Bush, se negó a adherirse a la rúbrica del documento alegando que éste perjudicaría las grandes inversiones de la industria norteamericana y que supondría, además, una pérdida de su competitividad económica. Una opinión ecoterrorista según el destacado ambientalista canadiense David Suzuki.

 
Por su parte, los grupos medioambientalistas del planeta expresaron que Washington trata de salvaguardar su propio comercio en tecnología.
Greenpeace dijo que el proyecto que promueve Estados Unidos es un acuerdo comercial de tecnologías energéticas y acusó a Bush y al presidente australiano, John Howard, de proteger los intereses de las empresas petroleras.


Asimismo, Steve Sawyer, director de política climática de esa agrupación, soslayó que el pacto podría ser la primera incursión de estadounidenses y australianos para golpear el convenio de Kioto.


En términos similares se expresó el grupo Amigos de la Tierra, que se manifestó escéptico por el acuerdo, pues no contiene ninguna prohibición legal para recortar las emisiones. Tony Juniper, líder de esa organización, afirmó que es otro intento estadounidense de socavar el tratado de Kioto.
La Comisión Europea, por su parte, ha optado por no enfrentarse a Estados Unidos en este asunto. La portavoz comunitaria en Medio Ambiente, Barbara Helfferich, declaró que el pacto que promueven los norteamericanos es coherente con los esfuerzos europeos en el ámbito del cambio climático.


En cambio, el Gobierno francés considera que la alianza que impulsan Estados Unidos y Australia es interesante pero insuficiente, e insistió en la conveniencia del Protocolo de Kioto.


Marie Masdupuy, portavoz adjunta del Ministerio francés de Asuntos Exteriores, señaló que esa iniciativa regional demuestra la creciente movilización internacional sobre la cuestión del cambio climático.


Sin embargo, Masdupuy advirtió que aunque las tecnologías limpias son necesarias en términos medioambientales, éstas no son suficientes para enfrentar las actuales transformaciones del clima, a las que hay que responder con acciones urgentes dentro del convenio marco de Naciones Unidas.

Autor: Alfredo Boada Mola

 

  Fuente: Madrid Digital

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