Desde la Administración Nacional Aeronáutica del Espacio de los Estados Unidos envían diariamente al Instituto Ecológico de la Fundación Miguel Lillo los datos sobre la contaminación ambiental. según un especialista, la quema de la caña de azúcar ocasionaría lluvia ácida en el territorio.
09/08/2005
La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire interactúa con el óxido de nitrógeno y el dióxido de azufre emitido por fábricas, centrales eléctricas y automotores que queman carbón o aceite. Esta interacción de gases con el vapor de agua forma el ácido sulfúrico y los ácidos nítricos.
Finalmente, estas sustancias químicas caen a la tierra en forma de precipitación o lluvia ácida.
Los contaminantes de la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, y los vientos los trasladan miles de kilómetros antes de precipitarse en forma de rocío, llovizna, lluvia, granizo, nieve o niebla que se vuelven ácidos al absorber gases residuales de industrias o centrales térmicas que usan carburantes fósiles, gases de tubos de escape de vehículos y otras causas, ya sean naturales o antropogénicas. Provoca un fuerte deterioro en el
medio ambiente.
Todos los días los técnicos de la NASA (National Aeronautic and Space Administration) monitorean los índices de contaminación de todo el planeta, y si desde diferentes organismos lo solicitan, se les envía los gráficos.
El Instituto Ecológico de la Fundación Miguel Lillo está trabajando sobre esos datos debido a que se incrementó en un ciento por ciento desde que comenzó la zafra en la provincia por la quema de cañaverales.
Grave riesgo
El director del organismo, Juan González, aseguró a EL SIGLO que, "son datos tomados de los satélites de la NASA que los tienen en funcionamiento en forma permanente y que todos lo días están midiendo sobre todo el mundo el alcance de los daños en el ambiente y nos envían a Tucumán la información en forma permanente", confirmó González.
Según el profesional cualquier proceso de combustión, como la quema de pastizales, basurales y de campos con caña de azúcar, generan vapor de agua y gases que entre ellos están el anhídrido y el dióxido de azufre, que al combinarse con el agua de la atmósfera puede generar ácido sulfúrico y caer en el ambiente en forma de lluvia ácida.
"Si se respira esto, se irritan todos los tejidos del cuerpo humano porque contienen agua, y lo más grave es que los pulmones también contienen líquido por lo que se agrave el cuadro", expresó el doctor en Biología. El principal problema con lo nocivo de este proceso en el aire es que las máquinas que se utilizan en algunos ingenios azucareros, son de vieja data y necesitan apagar los equipos, "ya que levantan mucha temperatura y no pueden
procesar una gran cantidad de hojas de caña, por lo que los productores las queman", dijo González. El agravante de esta situación es que los picos de contaminación se dan en el invierno por lo que se torna más contaminate el aire tucumano.
Fuente: El Siglo Web
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