Uno de los retos futuros más ambiciosos en materia medioambiental del Secretario General de las Naciones Unidas es la celebración de una Cumbre sobre Cambio Climático el 23 de septiembre del año 2019 en la sede de la ONU en Nueva York.

António Guterres destacaba este martes en la ciudad polaca de Katowice, donde se celebra la 24ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático, que el encuentro del año venidero ha de “elevar la ambición, adoptar medidas que transformen de la economía real, y movilizar a los ciudadanos de una forma sin precedentes”.

Estas tres claves han de guiar el trabajo de su enviado especial para la Cumbre Climática, el embajador mexicano Luis Alfonso de Alba quien explicó durante una entrevista a Noticias ONU que su tarea consiste en apoyar la creación de un evento que se una a los esfuerzos realizados por los Estados mediante las Conferencias de las Partes.

De Alba espera la participación de un número muy alto de jefes de Estado y de Gobierno, junto a la de otros destacados líderes durante el evento “porque no son solo los gobiernos centrales los que están llamados a actuar”, sino también el sector privado y la sociedad civil.

“Tenemos que recabar una serie de información, de conocimiento que nos permita identificar nuevas tecnologías, nuevas maneras de producir, de consumir, etc. Tenemos que hacer más, lo tenemos que hacer más rápido, lo tenemos que hacer mejor y para eso elevar el nivel de atención sobre este tema, a través de este evento, y presentar una plataforma común para la acción de distintos actores resulta fundamental. Eso nos debería permitir llegar al 2020 en unas mejores condiciones”.

Katowice avanza adecuadamente

El enviado hizo un balance positivo de los dos primeros días de la Conferencia en Katowice y ensalzó el compromiso y voluntad para actuar por parte del Secretario General, los jefes de Gobierno y las delegaciones.

“Después de los acuerdos de París, en esta Conferencia es muy importante que se dé un paso más en los mecanismos de ejecución de estos pactos. Los acuerdos que se han logrado a través de las reuniones anteriores, y particularmente los de París, tienen que poder ser llevados a la práctica de una manera rápida, de una manera eficiente. Por eso es importante que aquí se acuerde lo que se conoce como las reglas de aplicación o las reglas de implementación de los Acuerdos de París”.

Entre las dificultades que encuentra este proceso destacó la falta de cooperación entre países, ya que “tradicionalmente” se menciona la cooperación de los países desarrollados hacia las naciones en desarrollo “pero también hay países en desarrollo que tienen capacidad para apoyar a otros países en desarrollo. Es muy importante que en los próximos meses veamos esto como un problema donde todos tenemos algo que contribuir para solucionarlo y todos tenemos algo que ganar al encontrar esas soluciones”.

La importancia de una mayor contribución social

Sin embargo, de Alba se mostró esperanzado por los aumentos de las contribuciones de los Gobiernos “ya sea por reducción de emisiones, ya sea por compromisos financieros”.

En este último aspecto destacó el papel fundamental de algunas instituciones como el Banco Mundial “con compromisos de financiamiento muy importantes de 400.000 millones en los próximos años, por ejemplo”, o la contribución del Gobierno de Alemania al Fondo Verde para el Clima.

Consideró también relevante la aportación de los jóvenes, los pueblos indígenas, las mujeres y los sindicatos formando un espacio común que conduzca a una mayor contribución social para combatir el cambio climático. Además, esta iniciativa ha de servir también para actuar como grupo de presión para la actuación rápida de los gobiernos.

Del mismo modo que el Secretario General, el diplomático mexicano consideró que el cambio climático no tiene una situación individual, sino que requiere una situación multilateral.

“Con una idea del multilateralismo mucho más incluyente porque ya no son solo los gobiernos centrales, ahora ya son los gobiernos locales, ahora son las empresas, son los sindicatos, son todos los actores que en un momento dado pueden aportar”, destacó.

Germanwatch publica la última edición del "Índice Global del Riesgo Climático"

España ocupa el 34º puesto en la lista de países más afectados por fenómenos climáticos extremos en los últimos 20 años, un ranking que lidera Puerto Rico por delante de Honduras, Myanmar, Haití y Filipinas, según la última edición del Índice Global del Riesgo Climático, una publicación anual elaborada por la ONG alemana Germanwatch.

Este informe, hecho público coincidiendo con la 24ª Cumbre del Clima (conocida como COP24), que se celebra en Katowice (Polonia) hasta el próximo 14 de diciembre, cumple su 14ª edición y analiza en qué medida los países se han visto afectados por los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos, a partir de la información proporcionada por la reaseguradora Munich Re, que cuenta con una de las bases de datos más fiables y completas sobre este tema en todo el mundo, y por datos socioeconómicos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Germanwatch precisa que los episodios climáticos extremos no pueden atribuirse únicamente al cambio climático generado por el ser humano, aunque señala que el calentamiento global es «un factor cada vez más importante que aumenta las probabilidades de ocurrencia y la intensidad de estos fenómenos».

El informe clasifica a los países más afectados por los acontecimientos climáticos extremos en función del número de muertos, la tasa de fallecidos por cada 100.000 habitantes, las pérdidas económicas en millones de dólares y las pérdidas por unidad de PIB. En función de estos factores, asigna un ‘índice de riesgo climático’ a 183 países.

En cuanto al periodo entre 1998 y 2017, Puerto Rico encabeza la lista, por delante de Honduras, Myanmar, Haití, Filipinas, Nicaragua, Bangladesh, Pakistán, Vietnam y Dominica, que forman el ‘top ten’.

Muertos en España

España ocupa el 34º lugar, puesto que los episodios climáticos extremos han causado 695 muertos anuales de media; 1,6 fallecidos por cada 100.000 habitantes; 979,18 millones de dólares en daños económicos (862,77 millones de euros) y un 0,0605% de pérdidas por unidad de PIB.

Esta década comenzó con España en el 27º puesto de la lista de países más vulnerables al cambio climático en las dos últimas décadas y esa posición ha variado ligeramente: 32º en 2012, 33º en 2013, 30º en 2014, 33º en 2015 y 2016, y 34º en 2017 y 2018.

En las dos últimas décadas se produjeron más de 11.500 episodios climáticos extremos, que mataron a más de 526.000 personas en todo el mundo y causaron daños económicos cercanos a 3,47 billones de dólares (3,06 billones de euros). La vulnerabilidad de los países más pobres se hace visible en esta materia porque ocho de los 10 países más afectados entre 1998 y 2017 son de ingresos medios o bajos.

Datos de 2017

Por otro lado, Puerto Rico, Sri Lanka, Dominica, Nepal y Perú fueron los países más más perjudicados por los fenómenos climáticos extremos durante el año pasado, mientras que España se sitúa en el 47º puesto, con 9 muertos; 0,019 fallecidos por cada 100.000 habitantes; 3.216,9 millones de dólares en pérdidas económicas (2.834,3 millones de euros) y un 0,181% de pérdidas por unidad de PIB.

El informe indica que la temporada de huracanes en 2017 en el mar Caribe fue particularmente fuerte y dejó daños en varias islas. Además, algunos países en desarrollo tienen dificultades para recuperarse porque se ven afectados regularmente por catástrofes climáticas.

Alrededor de 11.500 personas murieron en 2017 por fenómenos meteorológicos extremos y los daños acendieron a cerca de 375.000 millones de dólares (330.000 millones de euros), lo que supone un nuevo récord anual en pérdidas económicas.

David Eckstein, autor principal del trabajo, indica que «las recientes tormentas con niveles de intensidad nunca vistos antes tuvieron un impacto desastroso» el año pasado y añade: «En 2017, Puerto Rico y Dominica fueron alcanzados por ‘María’, uno de los huracanes más mortíferos y costosos de la historia. Puerto Rico ocupa el primer lugar y Dominica el tercero en el índice de los países más afectados en 2017».

Los vehículos eléctricos, vitales para combatir el cambio climático

El transporte tradicional emite unas 8 gigatoneladas de emisiones de carbono a la atmósfera anualmente, una cantidad que podría duplicarse para 2040 y acelerar el cambio climático. Decenas de países se han comprometido esta semana a promover los vehículos eléctricos en las flotas de transporte público y para los consumidores, y disminuir la contaminación atmosférica.

Más de 30 países se unieron a una nueva iniciativa para acelerar el camino hacia la llamada movilidad eléctrica mundial presentada esta semana durante la Conferencia de Cambio Climático de las Naciones Unidas en Katowice, COP24.

La declaración “Driving Change Together” fue redactada por el Reino Unido y Polonia, y compromete a los Estados que la firmen a acelerar el despliegue de vehículos con cero emisiones, aumentar el transporte público verde y mejorar la calidad del aire en las ciudades.

"La declaración es un paso esencial hacia un sistema de transporte descarbonizado. Aplaudo a la Asociación Katowice para la movilidad eléctrico e insto a todos los actores interesados a que la apoyen ya que proporciona a todos los actores, incluido el sector privado, una mayor claridad y confianza en el futuro del transporte", declaró el Secretario General de la ONU, António Guterres durante un evento de alto nivel sobre esta temática.

En el marco de la iniciativa, Polonia pretende tener un millón de autos eléctricos en sus carreteras para 2025, mientras que el Reino Unido está apuntando a la eliminación completa de la venta de los autos diesel y gasolina para 2040.

El peso contaminante del transporte

A nivel mundial, el transporte representa una cuarta parte de las emisiones totales: 8 gigatoneladas por año, según el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC). Esta cifra es un 70% más alta que hace 30 años. Se estima que más de mil millones de autos de pasajeros recorren las calles y carreteras del mundo hoy en día y, si no tomamos medidas urgentes, para 2040, esta cantidad de autos podría duplicarse.

"Esto es insostenible, inaceptable y no es compatible con los objetivos del Acuerdo de París", dijo José Mendes, presidente de la Alianza de Descarbonización del Transporte, un grupo de 20 países, ciudades y empresas comprometidos a impulsar el transporte bajo en carbono.

Los primeros vehículos eléctricos fueron producidos y vendidos a principios de la década de 1900 y las ventas alcanzaron su punto máximo a principios de la década de 1910. Pero los avances tecnológicos y el descubrimiento de grandes reservas de petróleo desplazaron al vehículo eléctrico en favor del motor de combustión.

"Ahora, casi 100 años después, los vehículos eléctricos están regresando y necesitan desplazar cada vez más el motor de combustión para reducir las emisiones y la contaminación del aire", dijo el Secretario General de la ONU.

"El crecimiento de los vehículos eléctricos tendrá un impacto significativo en la demanda de electricidad, y esto debe tenerse en cuenta", agregó, y explicó que "si no se maneja con cuidado, la demanda adicional creará desafíos en todas las secciones del sistema de energía, especialmente en las horas punta, y ese transporte que depende de la electricidad generada a partir de la combustión de combustibles fósiles, podría terminar añadiendo al problema, no aliviándolo”, recalcó.

Para evitar que esto suceda, se deben realizar inversiones para crear electricidad a partir de fuentes renovables, no a partir de combustibles fósiles, y garantizar una cadena de suministro sólida.

"La transición a la movilidad electrónica está claramente llena de oportunidades, pero debe gestionarse con cuidado para que el mundo pueda generar todos los beneficios potenciales en su totalidad", aseguró Guterres.

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