Greenpeace pide que también se cierre la de Garoña por problemas de seguridad.

Después de 38 años de actividad, la central nuclear de Almonacid de Zorita (Guadalajara), propiedad de Unión Fenosa, apagará hoy su reactor para convertirse en una planta de ciclo combinado con una capacidad de generación de 800 megavatios (Mw).

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Una transformación que supondrá una inversión total de 253 millones de euros. Con este cierre, el número de reactores en funcionamiento en España se reducirá a ocho.

La central de Zorita, la más antigua de España, cuenta con un total de 125 empleados, de los que unos 70 se mantendrán en la nueva planta, mientras que los 50 trabajadores restantes se repartirán entre los diferentes centros de producción con que cuenta la eléctrica. Unión Fenosa tendrá que hacer frente a un coste de 170 millones de euros sólo para el cierre de la central nuclear. Los pueblos del entorno de la central han recibido con «indiferencia y resignación» el cierre de Zorita, al tiempo que consideraron que no supondrá una gran pérdida económica. Así lo expresó el alcalde de Almonacid de Zorita, Gabriel Ruiz del Olmo, quien aseguró que los vecinos han afrontado la decisión con «impotencia porque han cerrado una instalación que funciona hasta el día de hoy de forma segura y sin problemas, por lo que estamos un poco sorprendidos». Ruiz del Olmo añadió que el cierre no implicará una gran pérdida económica gracias al plan de desarrollo firmado por el Gobierno y las administraciones de los 26 municipios más cercanos. «Se notará económicamente la pérdida de un incentivo como es la central nuclear, pero las cosas están rodando por buen camino y nos han garantizado que vamos a seguir cobrando ayudas hasta el año 2008 gracias a este acuerdo», agregó.

Con un punto de vista diferente, la asociación ecologista Greenpeace calificó el cierre como una «importante victoria para el medio ambiente» que deberá marcar, según declaró su director ejecutivo, «el fin de la energía nuclear en España». El directivo de Greenpeace consideró, además, que el trabajo desarrollado por la asociación, así como por otros colectivos sociales y políticos, ha logrado demostrar el funcionamiento peligroso de esta central nuclear y la necesidad del cese de su actividad.

Greenpeace no considera suficiente este cierre y también exige el de la central de Garoña (Burgos), que considera «otra cafetera como Zorita, que está fuera de normativa y que sufre graves problemas de seguridad».

Fuente: La Nueva España

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