Greenpeace considera "absurdo" construir una nueva refinería en España y una "estupidez" hacerlo en Extremadura. Critican que la Junta apoye este proyecto de energía "sucia" y ponga "obstáculos" a la energía eólica.

20/06/2005

La organización ecologista Greenpeace considera "absurdo" y "una barbaridad" el proyecto de construcción de una refinería de petróleos en la comarca pacense de Tierra de Barros, y asegura que provocará un impacto ambiental muy importante para Extremadura que afectará asimismo a la producción agrícola de la zona.

Según expresó el responsable de Energías de Greenpeace a Europa Press, la construcción de una instalación industrial de estas características en Extremadura "no tiene ningún sentido".

Desde la organización ecologista aseguran que la construcción de la refinería aumentará la dependencia de España de una fuente de energía contaminante, y aumentaría asimismo los índices de emisión de gases contaminantes superando aún más los postulados recogidos en el protocolo de Kioto.

Por todo ello, señaló que aumentar la producción de refino de petróleo en España "va en la dirección contraria", y añadió que "ubicarlo en Extremadura es la estupidez del siglo". En este sentido, dijo que la instalación de la refinería supone la construcción de infraestructuras nuevas para hacer llegar el petróleo a la zona, lo que haría el proyecto inviable económicamente de no ser por el apoyo que ha encontrado el promotor privado en la Junta de Extremadura, que fomenta el proyecto y que se ha comprometido con el 20 por ciento de su capital inicial.

Esta decisión supone para Ortega estar "otra vez en ese tipo de políticas de tomar decisiones a dedo, pensando en los 60", y que "requiere un planteamiento político como el que hizo Franco cuando decidió ubicar la refinería en Puertollano".

"Esto es lamentable porque no supone ningún desarrollo sostenible sino condenar a nuevos impactos ambientales y a nuevas dependencias a la población de Extremadura, cuando hay muchos otros sitios que están alejándose de este tipo de desarrollo", dijo.

Apoyo de la Junta

Asimismo, considera "una vergüenza" que la Junta de Extremadura se implique en el proyecto, por cuanto indica que "ha decidido hacerle el juego a un promotor privado, esto es inaudito".

Al mismo tiempo, el responsable de Energías de Greenpeace cree que esta situación es "especialmente grave" en Extremadura por cuanto "la Junta tiene una actitud activamente de obstrucción al desarrollo de energías limpias, como es el caso de la eólica", y que, mientras que en el caso de las energías limpias "parece que a la Junta no le importan los puestos de trabajo, aunque diga que sí, porque pone condiciones absurdas".

"La Junta se dedica a poner condiciones que en la práctica son un obstáculo, y que sin embargo para la energía sucia todo lo contrario, se alía con los promotores". Por ello, advirtió que "habrá que ver cuáles son los intereses que hay ahí, pero desde luego está haciendo un servicio al interés privado de un señor que además no invertiría en una cosa tan absurda como poner una refinería en Extremadura si no fuese porque tiene el respaldo de la Junta".

Desde Greenpeace dudan de los beneficios económicos que supondría la instalación de esta refinería para Extremadura. Así, aseguran que "lo evidente es que el beneficio económico de le refinería será para la empresa promotora y no para Extremadura, no para los ciudadanos de Extremadura".

Además, para José Luis Ortega "no tiene ninguna credibilidad" la cifra de puestos de trabajo que generaría la puesta en marcha de este proyecto (3.000 en la construcción de la planta y entre 1.500 y 2.000 personas cuando esté en funcionamiento), según ha anunciado la Junta de Extremadura. Greenpeace considera en este sentido que esta es "otra de las partes del engaño que se está cometiendo a la opinión pública". Según dijo, la Junta "se aprovecha con toda crueldad de una situación de demanda de empleo que existe en la región".

En su opinión, las energías limpias son una fuente mayor para la generación de empleo que las contaminantes, según se demuestra en los estudios que indican que en España hay más de 20.000 personas trabajando en el sector eólico, mientras que "Extremadura es un agujero absurdo políticamente decidido" para este tipo de energías, según Ortega.

"Podría haber muchísimos extremeños trabajando en la energía eólica si a Ibarra le diera la gana", aseveró.

Producción Agraria

En cuanto al impacto sobre la producción agraria de la zona, el responsable de Energías de Greenpeace considera que una planta de estas características afecta a los productos agrícolas, puesto que se trata de una instalación "altamente contaminante, clasificada dentro de los seis grupos industriales asignados en el Plan Nacional de Asignación de Emisiones por su alto nivel".

Además, dijo que no es muy apropiado la instalación de una planta industrial como una refinería en una zona de en la que se cultivan "productos que quieren hacerse valer por su calidad, puesto que se verán perjudicados en su imagen como mínimo, y por su puesto en el impacto directo que supone una instalación de este tipo".

Fuente: Europa Press

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