El Gobierno de Castilla-La MAncha quiere impulsar la construcción de este tipo de viviendas y promover 2.182 en toda la región. Su coste es tan asequible como cualquier otra edificación.

Reconquistar el espacio libre como espacio de convivencia frente a las extensas superficies de asfalto que imponía la ordenación habitual. Ese es el objetivo que pretende la Junta de CLM y la Consejería de Vivienda al apostar de forma decidida por la arquitectura bioclimática y los conocidos Ecobarrios, donde jardines, árboles y vegetación se mezclan con materiales de construcción reciclados y reciclables en su búsqueda por construir un mundo más habitable y mejor.

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La arquitectura bioclimática es aquella que tiene por objeto la consecución de un gran nivel de confort térmico mediante la adecuación del diseño, la geometría, la orientación y la construcción del edificio a las condiciones climáticas de su entorno. Se trata pues de una arquitectura adaptada al medio ambiente, sensible al impacto que provoca en la naturaleza, y que intenta minimizar el consumo energético y con él, la contaminación ambiental. Sus construcciones vienen a ser casas idílicas que bien podrían estar inspiradas en una novela de ciencia ficción aunque son una realidad tan asequible como cualquier otra edificación.

Así son las 30 viviendas públicas que entregó hace unos días el presidente Barreda en la ciudad de Albacete y también las 14 entregadas en Torralba de Calatrava (Ciudad Real).

Los proyectos

Se trata de las primeras promociones ofertadas por el Gobierno autonómico, pero no las últimas. Y es que, el Ejecutivo autonómico tiene proyectado la construcción de 2.182 viviendas bioclimáticas, de las que 1.007 están en fase de redacción y 1.071 en ejecución. Así, pretende inaugurar el primer Ecobarrio de CLM en 2008. Estará ubicado en el Polígono de Santa María de Benquerencia, el barrio con más población de Toledo, con más de 20.000 residentes censados. Además, en 2007 está previsto que comiencen los trabajos de otro Ecobarrio más en Alcázar de San Juan, en Ciudad Real, que contará con 1.300 viviendas protegidas y bioclimáticas. Guadalajara y Cuenca también tendrán construcciones de este tipo. De hecho, en Cuenca se entregaron a finales de 2005, 104 viviendas en el barrio de Villarromán, cuyo precio osciló entre los 71.000 euros y los 85.500 según su tamaño, que variaba entre los 71 y los 90 metros cuadrados, más plaza de garaje y trastero. En la provincia alcarreña está prevista la construcción de 116 viviendas con un precio de venta entre los 64.000 y los 82.500 euros. Precios económicos para demostrar que el respeto al medio ambiente no está reñido con el dinero.

Y si de dinero hablamos, es de destacar el ahorro anual del que se pueden beneficiar nuestros bolsillos si vivimos en una casa de este estilo pues la compra de una vivienda de este tipo permite economizar entre el 50 y el 70% del consumo de combustible, de la energía convencional y del sistema de climatización. Asimismo, contribuye a disminuir hasta un 30% el gasto de agua y un 20% el de la iluminación. Ahorro económico... y beneficio ecológico porque en la misma proporción es posible la disminución de la contaminación.

Aprovechar el clima

A la hora de proyectar una vivienda bioclimática, el entorno es el primer factor a tener en cuenta por su influencia directa con el confort térmico. Así, se estudia la orientación norte-sur para aprovechar el sol, se buscan ventilaciones cruzadas favorables con fachadas abiertas o patios traseros. Se usan los jardines como reguladores térmicos; las paredes de los edificios tienen grandes aperturas y miradores para acumular calor en invierno y parasoles para proteger del sol en verano y se diseñan con relieves para aprovechar las sombras. Las placas solares, los aljibes y las redes de recogida de aguas pluviales en las cubiertas del edificio, los cerramientos de calidad y las cámaras de aire son otros de los elementos que no faltan en estas construcciones.

Fuente: La Tribuna

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