Así lo concluye una encuesta encargada por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) a la empresa GESOP, que entrevistó durante enero y febrero a 800 residentes en la conurbación barcelonesa mayores de 16 años para hacer el estudio hecho público hoy.

Pese a que únicamente el 57% de los encuestados señala a nivel genérico la restricción de vehículos como una medida para frenar la polución, un 84,4% está de acuerdo que se hagan restricciones de tráfico en episodios de contaminación atmosférica.

Más del 30% de los residentes metropolitanos reconoce que ya ha hecho un cambio de hábitos, sobre todo en la movilidad cotidiana, tres de cada cuatro encuestados hacen una buena valoración de la zona de bajas emisiones (ZBE) en las Rondas de Barcelona, implantada por la AMB y el Ayuntamiento de Barcelona, y un 21% cree que se verá afectado por estas restricciones.

De los que se creen afectados, la mayoría (un 61,8%) declara que optará por ir en transporte público, un 7,4% dicen que utilizarán un segundo vehículo que ya tienen, un 6,2% afirman que comprarán otro coche, un 5,6% manifiesta que no entrará o saldrá de Barcelona, un 3,4% que irá a pie, y un 2,9% que usará la bicicleta.

"Desde la AMB valoramos positivamente que se haya evidenciado y generalizado entre la ciudadanía la preocupación sobre la contaminación atmosférica, un paso fundamental para combatirla, y agradecemos la valoración de los ciudadanos sobre las iniciativas para mejorar la calidad del aire", ha señalado el vicepresidente de Movilidad y Transporte de la AMB, Antoni Poveda.

"Creemos que estos resultados de GESOP ponen de relieve y evidencian, en parte, que las medidas lideradas por el organismo metropolitano en este ámbito y las acciones comunicativas realizadas ad hoc van en buena línea", ha añadido.

Poveda ha recordado que "desde las administraciones debemos impulsar que el cambio de hábitos es necesario y facilitarlo, con más y mejor transporte público y con servicios de movilidad complementarios que lo pongan fácil al ciudadano".

Los resultados del estudio revelan que más de una cuarta parte de los encuestados (el 26,4%) alude a otras medidas para reducir la contaminación, también relacionadas con el tráfico, entre ellas limitar la velocidad, ampliar los carriles bici, impulsar autobuses menos contaminantes o promover el uso del transporte público.

"La mayoría de estas medidas también las estamos implementando en AMB, de la mano de los ayuntamientos metropolitanos", ha dicho Poveda, que ha puesto como ejemplo el recientemente inaugurado servicio de aparcamientos de intercambio (park & ride), la creación de la T-verde metropolitana, la ambientalización de la flota de autobuses y la creación de la red metropolitana Bicivia.

Sobre la medida de implantación de la T-aire, tarjeta de transporte de dos viajes en transporte público a precio reducido para episodios de contaminación, el 25% de los entrevistados ha oído hablar de ella, y el 85% hace una buena valoración.

Más repercusión ha tenido entre la ciudadanía la T-verde, que permite utilizar gratuitamente el transporte público durante tres años a las personas que den de baja un vehículo contaminante y no compren uno nuevo.

De este título de transporte, del que ya se han hecho más de 1.000 solicitudes, casi cuatro de cada diez entrevistados habían oído hablar, y un 70% lo ve bien.

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