Cuatro especialistas expusieron los problemas que generan las contaminaciones de tipo lumínico, atmosférico, radioeléctrico y de los acuíferos. La mesa redonda fue organizada por l´Escola d´Adults.

Un montón de basura abandonada en un campo es una muestra evidente de una alteración que perjudica al medio ambiente y un potencial riesgo para las personas.

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Pero existen otros riesgos de contaminación a los que no se les presta demasiada atención y que pueden suponer graves problemas, como pusieron de relieve los cuatro expertos que, el pasado jueves, intervinieron en una mesa redonda en el Club Diario.
Ante cerca de un centenar de oyentes, el director de l´Escola d´Adults (que organizó el acto dentro de sus IX Jornadas Culturales), Daniel Moreno, actuó como moderador en una mesa redonda en que participaron Jorge Meléndez, especialista en alta gestión del medio ambiente, Jaume Estarellas, biólogo, Juan Formigós, profesor de contaminación ambiental, y Carlos Bujosa, representante de medio ambiente de GESA.
Estarellas, que expuso la situación de los acuíferos en las Pitiüses, denunció la «fragilidad» de estas reservas de agua que sufren una explotación intensiva que «en algunos casos, nos está llevando a consumir aguas fósiles que se habían acumulado hace millones de años». «El problema es que en Eivissa tenemos tendencia a creer que lo que no se ve no contamina», añadió el especialista en referencia al uso masivo de abonos y las filtraciones del mar debidas a la sobreexplotación.
Juan Formigós inició su charla hablando de la contaminación por radón, un gas que se filtra del suelo y que, acumulado en recintos cerrados, supone un gran peligro. Es la segunda causa de cáncer de pulmón, con un 15% de los casos.
El experto también habló del «peligro potencial» de las radiaciones electromagnéticas. Formigós resaltó que «no existen evidencias científicas» de que causen enfermedades, pero reconoció que «nadie puede asegurar que no pueda ocurrir, porque hace relativamente poco tiempo que su uso es masivo».
La contaminación atmosférica existe en las Pitiüses, aunque no es un grave problema, según pusieron de relieve los datos aportados por Carlos Bujosa, obtenidos por las estaciones de control del aire de GESA. El técnico defendió los bajos niveles de polución de la instalación frente a las críticas que se vierten en su contra. «El problema es que la nuestra es una emisión visible y constante, pero el tráfico de los barcos en el puerto puede ser igual de contaminante aunque como están en constante movimiento, parece que no molestan», afirmó.
Las buenas noticias las ofreció Jorge Meléndez, encargado del plan desarrollado en Formentera para reducir la contaminación lumínica. «Acabar con esta contaminación no es iluminar menos, es iluminar mejor», explicó. Gracias a este plan, señaló, se puede ahorrar hasta el 40% de energía. Además del costo, la mala iluminación afecta a la seguridad vial y crea problemas en la salud.

Fuente: Diario de Ibiza

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