El proyecto Castor es el primero europeo de captura de gases de efecto invernadero y su almacenamiento bajo tierra. Es, también, el mayor del mundo. Con él se pretende recoger el 90% del dióxido de carbono emitido por centrales eléctricas alimentadas por combustibles fósiles y abaratar notablemente el coste de esta tecnología.
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21/03/2006 Inaugurado la semana pasada en Esbjerg (Dinamarca), el proyecto Castor es una iniciativa en la que participan 30 socios industriales, junto con centros de investigación de 11 países europeos. Cuenta con una inversión de 8,5 millones de euros de la Unión Europea.
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Con este proyecto, la Unión Europea espera consolidarse como líder en esta nueva tecnología y, según palabras de Antonia Mochan, portavoz de la Comisión, “aportar una solución a medio plazo ante la dicotomía actual de nuestra dependencia de la tecnología de combustibles fósiles y el hecho de que las fuentes alternativas de energía aún no están listas para satisfacer la demanda global de energía”.
La UE espera que la instalación, que se ensayará a lo largo de los dos próximos años, sirva para abaratar esta tecnología hasta hacerla competitiva, reduciendo el coste del proceso de secuestro de carbono de los 60 euros por tonelada actuales a sólo 20 euros en el futuro.
El proceso que se ensayará en la planta piloto consiste en la captura de la mayoría del carbono emitido en los gases de la propia instalación, su tratamiento con un solvente –que por afinidad molecular atrapará el 90% del CO2– y la inyección de este solvente rico en CO2 en un dispositivo que operará a 120ºC y romperá los enlaces entre el solvente y el CO2.
Castor tiene un coste de 16 millones de euros, la mitad de ellos aportados por la Comisión Europea.
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Fuente: Energías Renovables
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