De la contaminación invisible a la visible. Es el proceso que atraviesa la sociedad actual. “La tendencia actual a la hora de medir partículas en suspensión es a controlar cada vez las más pequeñas”, revela Miguel Costoya, director del Laboratorio de Medio Ambiente de Galicia.
Noticias Troposfera.org
13/03/2006 A esa tendencia se unen los progresivos cambios de tipos de combustibles, sustituyendo los más contaminantes por otros. De hecho, Costoya adelanta: “la contaminación del futuro cambiará y pasará de los derivados del azufre al nitrógeno”.
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A ello se une otro detalle y es que las emisiones dióxido de azufre (SO2) son responsabilidad, casi en su totalidad, de la industria, a pesar de que muchas térmicas han ido combinando el carbón gallego con el importado, mucho menos contaminante. Por contra, los óxidos de nitrógeno se atribuyen al tráfico y a las centrales de ciclo combinado que queman gas. Los primeros están en desaparición; los segundos, en auge.
“La influencia del tráfico urbano y semiurbano es determinante en la calidad del aire, es una consecuencia directa de este modelo”, manifiesta Xan Eirexas, secretario ejecutivo en funciones de la Asociación pola Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega).
La consecuencia de que las partículas emitidas a la atmósfera van más allá de las consecuencias ambientables, visibles o invisibles, pues afectan de forma diferente a la salud. “Se introducen más profundamente en los pulmones y causan problemas menos graves, pero crónicos”, relata Costoya.
Un torrente de legislación
El responsable del Laboratorio de Medio Ambiente incide en la imparable legislación europea sobre el tema, que hace difícil a los expertos estar al día. Pero gracias a ello, “la calidad del combustible que se utiliza ha cambiado a mejor”.
Costoya e Irexas coinciden en un aspecto vaticinado constantemente por los ecologistas: éste es un modelo de desarrollo insostenible. “A largo plazo no será posible mantener este nivel de consumo energético”, considera el primero.
Difieren, sin embargo, en la valoración del papel de la industria. Costoya destaca sus esfuerzos por reducir sus niveles de emisión, “porque les cuesta mucho en imagen”, e Irexas recuerda que “tenemos algunas de las más contaminantes de toda Europa”.
Próxima reunión en Galicia
Para analizar las consecuencias sobre la salud de la contaminación Galicia acogerá próximamente una reunión del grupo de salud atmosférica del Estado, que actualmente coordinan los técnicos de la Consellería de Medio Ambiente de Galicia.
Galicia superó el límite de ozono 3 veces
El ozono es necesario, pero a ciertas alturas. Este gas contaminante se forma por culpa de la concentración de otros, aunque no en las ciudades. “En Galicia se dan picos en las zonas naturales porque los óxidos de nitrógeno del tráfico provocan que se consuma sobre las urbes”, asegura Costoya.
Explica que en Galicia el valor medio oscila entre 65 y 75 microgramos por metro cúbico, aunque el Ministerio de Medio Ambiente revela que se han llegado a superar en tres ocasiones durante el 2003 los 180 en una hora. “Cuando se superan hay que avisar a la población. Aquí no es frecuente, pero sí en el Levante”, añade.
Las condiciones atmosféricas de la comunidad permiten diluir la concentración de contaminantes en el aire, pero no todo resulta beneficioso. “El viento contribuye a dispersarlos más”, apostilla el responsable del Laboratorio de Medio Ambiente
Fuente: el correo gallego
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