Un nuevo estudio publicado en la revista Environment International relaciona los contaminantes atmosféricos con 2,7 millones de nacimientos prematuros por año. De acuerdo con los expertos del Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo (SEI) de la Universidad de York, en 2010, el 18% de todos los partos prematuros tenían relación con la exposición a las partículas finas conocidas como PM 2.5, consideradas las más peligrosas para la salud.

Estas micropartículas de polvo sólo miden 0,0025 mm y resultan de la combustión incompleta de combustibles fósiles utilizados por los vehículos y la quema de residuos agrícolas.

Imperceptibles para el ojo humano, las micropartículas afectan a los pulmones y pueden causar asma, bronquitis, alergias y otras graves enfermedades cardiorrespiratórias. Y, por su capacidad de alojar profundamente en los pulmones, las PM2,5 se convierten en una amenaza aún mayor para los bebés.

“Este estudio destaca que la contaminación del aire no sólo puede dañar a las personas que están a respirar el aire directamente, pero también puede afectar seriamente a un bebé que aún está en el útero de la madre”, afirmó Chris Malley, autor principal del estudio.

“Los partos prematuros asociados a esta exposición contribuyen no sólo a la mortalidad infantil, pero también pueden tener efectos para los sobrevivientes”.

La exposición de una mujer embarazada puede variar mucho en función de donde vive – en la China o en la India, por ejemplo, la mujer puede inhalar más de 10 veces más contaminación que en las zonas rurales de Inglaterra o en Francia.

Referencia bibliográfica:

Christopher S. Malley, Johan C.I. Kuylenstierna, Harry W. Vallack, Daven K. Henze, Hannah Blencowe, Mike R. Ashmore. Preterm birth associated with maternal fine particulate matter exposure: A global, regional and national assessment. Environment International, 2017; DOI: 10.1016/j.envint.2017.01.023

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