Estas nubes de humo tienen su origen en dos fenómenos diferentes vinculados a la actividad agrícola de la comarca. Por un lado, la quema de residuos, como podas y rastrojos, que se produce a partir de octubre. Y, por otro, la quema masiva de alpacas de paja, como método de lucha contra las heladas, que viene ocurriendo durante los meses de febrero y marzo.

Los ecologistas explican que el humo está formado por gases, hollín y partículas PM10, PM2,5 y PM1 que "tienen efectos negativos conocidos sobre el sistema respiratorio y cardiovascular de la población expuesta".

Los datos sobre contaminación preocupan a la organización ecologista, que advierte que durante los pasados meses de octubre y noviembre de 2015, las quemas de rastrojos y ramas "provocaron que en tres de cada cuatro días se superara los 50 microgramos/m3, y en uno de cada tres días los 100 microgramos/m3, llegando en ocasiones, como el 18 de noviembre, a valores pico de 378 microgramos/m3".

Aunque el episodio más grave de contaminación tuvo lugar el 17 de febrero de 2016. En este caso provocado por la quema de alpacas de paja, y en el que se llegó a alcanzar valores (promedios horarios) de 915 microgramos/m3 para las PM10 (20 veces por encima del valor de referencia de los 50 microgramos/m3), y de 797 microgramos/m3 para las PM2,5.

Por todo esto, Ecologistas en Acción solicita, además, a la Consejería de Sanidad que se dirija a Agua, Agricultura y Medio Ambiente, y también al Ayuntamiento de Cieza, para proponerles "el desarrollo coordinado de medidas urgentes que eviten esta situación de deterioro de la calidad del aire que perjudica a la salud de la población de la comarca, y que tiene alternativas razonables y viables".

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