La falta de lluvias no sólo se nota en los embalses granadinos. También tiene su repercusión en la calidad del aire, o mejor dicho, en la mala calidad del aire que se respira en la capital y su Cinturón. Desde el 1 de septiembre, día en el que la ciudad retomó la rutina diaria -y eso se notó, sobre todo, en el tráfico-, el centro de la capital no ha tenido ni una sola jornada en la que la calidad del aire se mereciera el adjetivo de buena.
En los 36 días con registros desde el primero de septiembre hasta el pasado sábado, la estación del Palacio de Congresos certificó cinco días de calidad calificada como mala, por la presencia de partículas en suspensión, y otros dos fue etiquetada como muy mala, a consecuencia de los altos niveles de dióxido de nitrógeno en la atmósfera. Esto significa que se superaron los niveles establecidos por la Unión Europea en ese punto prácticamente uno de cada cuatro días. El tráfico rodado y las altas temperaturas -además de las aportaciones de polvo africano que suelen estar detrás de buena parte de los episodios de contaminación en la provincia- fueron los principales motivos que explican estos malos datos.
La del Palacio de Congresos no es la única estación que mide los malos humos granadinos. Otras tres instalaciones, pertenecientes a la Red de Vigilancia y Control de la Calidad del Aire en Andalucía de la Consejería de Medio Ambiente, recopilaron datos similares, aunque en ninguna de las 36 jornadas con registros desde el 1 de septiembre -hay dos días sin registros- se llegó al umbral de muy mala, como sí ocurrió en el centro de la capital el 7 y el 8 de septiembre a causa de los niveles de dióxido de nitrógeno. En la estación de la zona Norte se contabilizaron cinco días de calidad buena (los únicos que aparecen en los registros a lo largo de las últimas cinco semanas), 25 días de calidad admisible y seis de mala; en Armilla, 28 de admisible y otras ocho de mala; y en Motril, 35 admisible y una única con mala calidad.
Estos datos se encadenan con los malos registros que ya se dieron a lo largo de julio -con una única jornada con la etiqueta de buena en la estación del Palacio de Congresos- y agosto -ninguno fue bueno en ese punto de medición- y es de prever que continuarán en los próximos días ante las escasas probabilidades de precipitaciones a corto plazo.
No es nada nuevo. En los últimos informes anuales de la organización Ecologistas en Acción siempre figura Granada como una de las ciudades con el aire más contaminado de España a consecuencia de los elevados niveles de ozono, partículas y dióxido de nitrógeno. De hecho, el último análisis de Ecologistas en Acción, dado a conocer el pasado verano, coloca a Granada y su Área Metropolitana como uno de los "seis focos principales de contaminación" de la región
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