La consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente ha abierto expediente a dos empresas que operan en el puerto de Avilés por «incumplimientos en materia de emisiones difusas». Su identidad no ha trascendido, así como tampoco la naturaleza de tales emisiones ni el grado de superación de los máximos permitidos. A la espera de que concluyan en sanciones, apercibimientos o de que sencillamente se cierren sin mayores consecuencias, su apertura se ha realizado en los últimos meses, después de que en Semana Santa la consejera, Belén Fernández, advirtiera de sanciones a empresas del entorno portuario por lo que calificó de «prácticas inadecuadas o deficientes en la gestión de graneles».

El anuncio también se produce días después de que la Autoridad Portuaria vinculase la continuidad de las operaciones con clínker que realiza en Avilés Cementos Tudela Veguín a que la empresa cumpla las exigencias medioambientales incluidas en la autorización del Principado que regula la actividad. Según el presidente del Puerto, Santiago Rodríguez Vega, consisten en instalar separadores de hormigón para delimitar los acopios y sistemas para lavar las ruedas de los camiones que transportan la mercancía hasta el muelle.

Fernández sustentó las advertencias lanzadas el Sábado Santo y ahora confirmadas en que una serie de inspecciones habían constatado que en el entorno de la estación medidora de contaminación de Las Arobias, en El Matadero, a las puertas de las instalaciones industriales y en una zona netamente industrial, habían constatado «elevados valores de partículas pm10», en un principio asociadas a mercancías como blenda, carbón o clínker.

Según la propia consejera, dicha estación es la única de Avilés que supera los valores máximos permitidos y lo hace únicamente en partículas pm10. El año pasado registró un valor medio de 47 microgramos por metro cúbico de aire, cuando el límite está establecido en 40, y superó el máximo diario, 50 microgramos, cincuenta y un días, quince por encima del tope legal, 35 días.

Fernández recalcó que las situaciones de mala calidad del aire «podrían evitarse si los operadores portuarios cumpliesen a rajatabla las exigencias impuestas por el Principado y anunció que «si fuera necesario, no se descarta reforzar las condiciones impuestas en las autorizaciones de actividades potencialmente contaminadoras», como la descarga de clínker.

El portavoz de la Coordinadora Ecologista, Fructuoso Pontigo, admitió recientemente que el puerto de Avilés ha llevado a cabo medidas tendentes a reducir su impacto ambiental a la vez que criticó la «doble vara de medir» que a su juicio aplica la consejería de Medio Ambiente en Avilés con respecto a El Musel. El puerto gijonés «es un coladero, ni siquiera hay estaciones medidoras», censuró.

Nueva denuncia ecologista

Por otro lado, el Colectivo Ecologista de Avilés volvió a denunciar ayer el alto índice de benceno de acuerdo con los valores facilitados por la estación de Llaranes que facilita el Gobierno del Principado. «De nuevo en Llaranes, y eso que está orientada contra viento, se alcanzó un pico de benceno de 20 microgramos en las últimas 24 horas, lo que da idea de la procedencia industrial y la gravedad del problema, por más que esté dentro de la media anual recomendada por la tolerante normativa española», asegura Fructuoso Pontigo como portavoz del colectivo.

- Información sobre la licitación del Puerto sobre un estudio de la contaminación en la estación Matadero aquí.

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