Las muertes por calor en Vigo y su área aumentaron un 50 % desde que comenzó el mes de julio. Los funcionarios del registro civil de los juzgados de la ciudad lo atribuyen directamente a la ola de calor, pero no a la del pasado fin de semana, sino a la que empezó a primeros de mes. Expertos consultados señalaron que, de media, hay 15 fallecimientos diarios en Vigo y área (4.200 defunciones al año) pero que, cuando suben las temperaturas, se disparan por encima de los 20, hasta los 23 o 25. Y ha vuelto a ocurrir en las dos últimas semanas.

Este patrón es cíclico y se reproduce año tras año, pero no solo cuando suben las temperaturas, sino también cuando bajan. «En las olas de frío o calor, los registros de mortandad de Vigo y su área suben por encima de la media, hasta más de una veintena de casos al día», dijo una funcionaria.

Los datos del pasado fin de semana de máximo calor, con 33 grados en Vigo, no estaban ayer disponibles en el registro, pero las funerarias han confirmado un aumento de los fallecimientos estos días. En Emorvisa, tuvieron un «pico» de defunciones el pasado fin de semana, hasta el punto de tener el tanatorio con lista de espera, lo que llaman el «remonte de las salas», cuando una queda libre directamente es ocupada por otro. «La gente mayor lo sufre cuando hay un cambio brusco de temperatura, a los dos o tres días nosotros notamos una explosión de trabajo», cuenta una encargada. Vigomemorial, aunque no facilitó información, se puede ver por las esquelas que duplicó sus servicios (de 4 a 8) varios días de la pasada semana, aunque no el sábado ni el domingo. En Ribeira sucede algo similar a lo que ocurre en la ciudad olívica. Una de las funerarias del municipio confirmaba ayer que solo en el mes de julio llevan 20 muertes, cuando lo normal, atendiendo a años anteriores, era que en este mismo mes hubiese entre 8 y 10.

Empeoramiento de patologías

Una exposición prolongada a altas temperaturas puede provocar un empeoramiento de patologías crónicas, como una cardiopatía, o incluso llevar a que una persona que adolece de una enfermedad crónica sufra un episodio que la lleve al fallecimiento. De esta manera, el director de la subdirección de Ourense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), Julio Jiménez, apunta que no se puede determinar que sean las elevadas temperaturas «las responsable de que haya más muertes en verano, salvo que sea un golpe de calor», sino que es la patología en sí la que, ante determinadas circunstancias ambientales, puede empeorar.

Según los datos ofrecidos por varios registros civiles de la comunidad gallega, sí muere más gente en verano que en otras épocas del año. En Lugo también existe este repunte durante el estío, al igual que en Lalín. Por su parte, en A Coruña hay diez fallecidos más que el año pasado en lo que llevamos de mes, siendo las temperaturas de estos veinte días de julio más elevadas que las del pasado año en estas fechas. Santiago es otro de los concellos donde en lo que llevamos de verano ha habido más muertes que en el 2015, concretamente, veinte más. Como explica Luis Amador, coordinador de urgencias del hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, no solo hay que tener en cuenta los datos del mercurio, sino cuánto se dispara la temperatura de un día para otro. «El organismo se resiente cuando las temperaturas aumentan de repente, pero si lo hacen paulatinamente se aclimata mejor» a estos grados de más.

El invierno pasa factura

Los duros meses de invierno también pasan factura, «se produce una fatiga de materiales y todo afecta más», afirma el doctor Amador. Los datos del registro civil de Lalín dan buena cuenta de esta situación. El pasado año, marzo fue el mes en el que más nevó, y se produjeron 22 muertes. El segundo mes en el que hubo más fallecimientos fue julio, con 16.

¿Cómo pueden afectar las altas temperaturas a la salud?

Los días de calor intenso obligan al cuerpo humano a hacer un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal normal, y es que la pérdida de agua y sales minerales por el sudor, si no se repone, produce síntomas como dolor de cabeza, mareos, debilidad muscular o calambres, náuseas y vómitos e incluso pequeñas elevaciones de la temperatura corporal.

Sencillas medidas

Los problemas de salud asociados a las altas temperaturas pueden evitarse con medidas muy sencillas: beber mucha agua sin esperar a tener sed -y vigilar a los mayores para que lo hagan, ya que como explica Luis Amador, coordinador de Urgencias del hospital Álvaro Cunqueiro, de Vigo, «suelen tener los centros reguladores de la sed afectados»; permanecer en lugares frescos y, si es posible, al menos dos horas en algún lugar climatizado; hacer comidas ligeras y evitar actividades en el exterior durante las horas más calurosas. De hecho, Amador recuerda que los deportistas son uno de los grupos «más susceptibles de sufrir golpes de calor». Aunque si no se toman medidas de precaución ante temperaturas extremas cualquiera puede sufrir este trastorno.

Si una persona cree que puede estar sufriendo los síntomas de un golpe de calor -sequedad y piel roja, confusión, pulso rápido y dolor intenso de cabeza-, el Ministerio de Sanidad recomienda llamar cuanto antes a urgencias y, mientras se espera, intentar enfriar el cuerpo acudiendo a una habitación oscura y poniendo paños de agua fría sobre el cuerpo.

Leer noticia en fuente original: lavozdegalicia.es

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