Por la mañana, en el cruce de las calles Chimborazo y Loja, en San Roque, los buses giran con dificultad por la estrecha vía y frenan para recoger pasajeros. Cuando vuelven a acelerar, dejan una estela de humo negro detrás de ellos. Esto hace que varias personas cubran su rostro y se aparten del lugar.

Precisamente, según datos de la Secretaría de Ambiente del Distrito, este es uno de los sitios en los que más se concentra la contaminación en la ciudad. Esto debido a la alta afluencia de vehículos, en especial de buses del transporte público. Junto a este, aparecen también nombres de sectores como Los 2 Puentes (calle Necochea), Los Túneles (San Diego, San Roque y San Juan), La Marín, El Recreo, el ‘Puente del Guambra’, el Seminario Mayor y Calderón.

Valeria Díaz, técnica responsable de la red de estaciones de monitoreo del aire de la ciudad, explica que todos estos son lugares en los que el tránsito vehicular es abundante y las calles son estrechas. Aclara que en el caso de Calderón la contaminación es diferente, no se trata de material particulado, como se conoce al humo de los vehículos, sino de polvo de canteras.

Según la experta, en la ciudad también hay sitios que, aunque suene sorprendente, tienen una contaminación del aire un poco más elevada, por ejemplo, la avenida Interoceánica, en Cumbayá, donde también hay un gran tráfico vehicular.

Aire aceptable

Aunque las mediciones de contaminación son un poco más elevadas en ocho sitios específicos de la ciudad, ninguna sobrepasa la norma establecida y esto hace que el aire de Quito sea aceptable, explica la secretaria de Ambiente, Verónica Arias.

El índice de calidad del aire de Quito está entre 51 y 100 (el rango de la ciudad va de 0 a 500), lo que significa que en la ciudad todavía se puede respirar sin mayores problemas. Esto, según datos de la institución encargada de monitorear esta situación, no ha cambiado desde 2007. Para Arias, esto es positivo, pues es evidencia de que los controles están funcionando.

Además, a pesar de que la cantidad de autos ha incrementado al menos en 200.000 en los últimos nueve años, la funcionaria destaca que el impacto por esa carga no se evidencia en las condiciones del aire.

Control

Arias señala que el tema de la contaminación ambiental es muy complicado porque en el caso de los puntos considerados críticos hay que tomar en cuenta variables como del trazado de la ciudad y la definición de las rutas del transporte público. Es por esto que se está intentando potenciar maneras alternativas de movilización como el uso de bicicletas.

Adicionalmente, los controles por parte de la Secretaría se realizan durante todo el año. Algunas de ellas son las revisiones técnicas vehiculares que se ejecutan como requisito previo a la matriculación y las revisiones en las vías. Sobre estas últimas, la secretaria menciona que en lo que va del año ya se han hecho 20 mil observaciones a automóviles al azar de los cuales el 50% han sido citados para una nueva revisión por incumplimiento de los parámetros adecuados.

Otra de las acciones es la red de monitoreo que comprende nueve estaciones en las que se controla la situación del aire por sector y se hacen las respectivas investigaciones para determinar qué sucede en la ciudad.

Las estaciones están ubicadas a lo largo del Distrito y cuentan también con equipos de meteorología. A través de una especie de paneles, se determina el porcentaje de gases presentes en el aire como el monóxido de carbono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, ozono troposférico y material particulado (humo negro de los buses) durante 24 horas.

Curioso

El único día del año en el que el aire de Quito supera las condiciones normales y aceptables para los seres humanos, según información de la Secretaría de Ambiente, es la noche del primero de enero debido a la quema de años viejos. En 2015, hubo otras ocasiones que correspondieron a los días en los que se registraron incendios forestales.

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